Desenlace agridulce en el extraño caso de la Custodia con el Santísimo Sacramento, cuya desaparición se denunció el pasado viernes del Convento de las Bernardas, donde se encuentra expuesta de manera permanente en la capilla. Fuentes policiales confirmaron ayer que la Custodia fue localizada la tarde del sábado en la misma capilla envuelta en una manta y en un evidente estado de deterioro. Pero lo más desolador ha sido que la Custodia ha aparecido sin tener en su interior el Santísimo Sacramento, algo que fue calificado por el Obispado como un “robo sacrílego” y que le llevó a pedir a todas las parroquias “una oración de desagravio” ante el citado robo.
Las mismas fuentes policiales indicaron que la investigación sigue abierta para intentar esclarecer este extraño robo. La Policía Judicial mantiene abierta varias líneas de investigación y no se descarta que en las próximas horas pueda haber alguna detención. Al parecer, hubo testigos que el pasado viernes vieron salir corriendo del Convento a un hombre joven, al que la Policía podría estar buscando.
La sustracción de esta reliquia ha consternado a la comunidad de religiosas franciscanas de las Bernardas. Incluso la Asociación de Amigos Las Bernardas informó que el pasado sábado cientos de fieles del barrio de San Ildefonso de la capital acompañaron a las religiosas en la Misa de la tarde, en la que el capellán, Manuel Peña, expresó en la homilía el sufrimiento de las monjas por el citado suceso. También la Pastoral Universitaria de Jaén dio la voz de alarma en las redes sociales y llamó a los fieles a orar por la rápida localización de esta Custodia expuesta en la capilla.
La Custodia con el Santísimo Sacramento es una de las joyas de la capilla del Convento de la Concepción Franciscana (Bernardas), una capilla que estaba abierta a los fieles de manera continua. Más allá del valor artístico de la Custodia (cuyo metal puede tener un alto valor en el mercado negro), lo que más ha consternado a las religiosas franciscanas ha sido la desaparición de la Sagrada Hostia, sobre la que profesan gran fe cientos de fieles. El convento fue fundado en el siglo XVI, por el obispo auxiliar de Toledo, Melchor de Soria y Vera.