El presidente de la Autoridad Portuaria de Sevilla, Manuel Gracia, ha manifestado este viernes que su institución "no ha renunciado" al dragado de profundización que desde hace años proyecta para que el río Guadalquivir acoja la navegación de barcos de mayor calado. No obstante, y dados los no pocos obstáculos y escollos que ha afrontado o afronta el proyecto, Gracia señala la necesidad de "hacer posible que los desarrollos del puerto, como agente económico, sean compatibles con los intereses generales".
En el marco de la exposición exterior 'Como el Puerto de Sevilla, ninguno', instalada en la avenida de la Constitución, Manuel Gracia ha defendido que el Puerto de Sevilla "no ha renunciado a hacer el dragado", pero ha recordado que es necesario "hacer posibles que los desarrollos del puerto, como agente económico, sean compatibles con los intereses generales". "Tenemos que intentar encontrar fórmulas y soluciones que respeten todos los intereses y los armonicen", ha dicho.
Respecto a los estudios encargados a las universidades de Cádiz, Huelva, Málaga y Sevilla sobre el estuario del río Guadalquivir, que incluyen aspectos como la afección del estado del estuario a las especies autóctonas o a la sedimentación, así como la incidencia en el río de los dragados de mantenimiento, ha reiterado que si bien en principio sus resultados no estarán disponibles hasta algo más de un año, "podría haber algún avance" a finales de este ejercicio 2016. "Vamos a dejarles trabajar", ha señalado.
EL DRAGADO DE PROFUNDIZACIÓN
Hablamos del proyecto de dragado de profundización del río que desde hace años promueve la Autoridad Portuaria, para permitir que barcos de mayor calado lleguen hasta el Puerto de Sevilla, un proyecto que cuenta con el rechazo de los agricultores del Bajo Guadalquivir, al temer los mismos que un hipotético incremento de la salinidad del agua del río afecte a sus cultivos.
El proyecto, en concreto, prevé ampliar el calado del río de 6,5 a ocho metros de profundidad y su diseño inicial ya fue desechado hace años por el Ministerio de Medio Ambiente, Medio Rural y Marino, lo que obligó a la Autoridad Portuaria a reformular los términos del mismo. El diseño de la actuación, así, ha sido replanificado para acometer una profundización inicial de 85 centímetros en un primer año y 65 centímetros en las dos anualidades siguientes.
Pero una sentencia del Tribunal Supremo imprimió un serio giro al asunto, al anular las disposiciones del Plan Hidrológico de la Demarcación Hidrográfica del Guadalquivir que hacían referencia al dragado de profundización, una actuación que el Supremo considera no está "justificada" y que no puede ser concebida como una medida complementaria del mencionado plan. Según el Supremo, no se justificaba de forma "específica" en el plan los motivos por los que se proyectaba esa obra que "ocasionará modificaciones o alteraciones de las masas de agua, con el consiguiente deterioro y su repercusión sobre uno de los enclaves más protegidos de Europa, Doñana".
MÁS ESCOLLOS
A tal efecto, la Autoridad Portuaria emprendió las labores correspondientes a una nueva inclusión del proyecto en el Plan Hidrológico del Guadalquivir, corrigiendo los aspectos censurados por el Supremo, si bien la Comisión Europea, de su lado, ha incoado un procedimiento por infracción contra España, a cuenta del posible impacto del dragado de profundización en el parque natural y nacional de Doñana, declarado Patrimonio de la Humanidad.