El Juzgado de Primera Instancia nº 5 de Cádiz ha homologado el acuerdo alcanzado entre un demandante gaditano, extrabajador de la factoría automovilística Delhi, y el Banco Santander en virtud del cual la entidad bancaria le reintegra y devuelve íntegramente los 30.000 euros comprados en el producto “tóxico” llamado Valores Santander.
Los hechos sucedieron cuando “se cerró la factoría Delphi y muchos trabajadores obtuvieron una indemnización por una vida de trabajo, de bastante dinero. El Banco Santander se enteró y se coló en las instalaciones de Delphi convocando una reunión con los indemnizados, proponiéndoles de forma masiva a todos estos minoristas sin experiencia inversora que emplearan su dinero en comprar Valores Santander. Los afectados que han perdido hasta la camisa, se cuenta al día de hoy, por cientos”, indica el Bufete Ortiz, que ha llevado la dirección jurídica del caso.
Al respecto, y según informa el Bufete Ortiz Abogados, “los Valores Santander, también conocidos como las preferentes del Santander, son los que se denomina obligaciones convertibles. Un producto financiero que vio la luz en el 2007, patrocinado por Emilio Botín para la compra y adquisición del Banco holandés ABN Amro, que le costó al Santander 7.000 millones de euros, los cuales consiguió vendiendo este producto financiero toxico entre su propia cartera de clientes”.
“Se trataba”, señala el Bufete Ortiz Abogados, “de un producto financiero que ofrecía en su día una atractiva rentabilidad durante un periodo de 5 años, y transcurrido el mismo, se transformaba y canjeaba obligatoriamente en acciones bursátiles de la entidad emisora”. Las condiciones de los Valores Santander, indicaban de lo que no fueron informados los compradores, que “la conversión de los valores en las acciones se haría atribuyendo un valor predeterminado de 12,96 euros la acción”.
El terrible problema vino “cuando llego el día de la conversión el pasado 4/10/12, día negro para los Valores Santander, en que estas acciones solo costaban 5.88 euros”.
Así pues todos aquellos que tenían valores sufrían una perdida en torno al 85 por ciento de su inversión.
Tal y como explica el Bufete Ortiz Abogados “el Banco Santander comercializó por toda su extensa red de sus oficinas los Valores Santander en el año 2007, con el único objetivo de captar el capital necesario (7.000 mil millones de euros) para adquirir el Banco holandés ABN Amro. A pesar del hecho evidente, de que estos bonos convertibles eran un producto financiero complejo y de altísimo riesgo ¿Quién puede hacer previsiones sobre el valor en Bolsa de una acción a cinco años vista?”.
Los Valores Santander, sin embargo, fueron ofrecidos a todo tipo de clientes de la entidad, incluyendo “a pequeños ahorradores sin experiencia en el volátil y hermético mundo de las altas finanzas. Una práctica colusoria terminantemente prohibida por la normativa Mifid y la Ley del Mercado de Valores que establecen máxima protección a los minoristas y fuertes reservas en el acceso a productos de renta variable y sometidos a posibles fluctuación de su valor, cuando se comercializa entre minoristas, tal y como es el caso, de los Valores Santander (también de los Bonos Convertibles Contingentes o Cocos del Banco Popular), sobre todo como es el caso de un cliente no profesional, ex trabajador de Delphi, sin experiencia ninguna y sin ningún historial previo de inversiones de riesgo”.
