Un grupo de padres de los alumnos de la Escuela Infantil Santa Infancia, guardería privada ubicada en la calle Fray Isidoro de Sevilla, en la Macarena, denunciarán ante el juzgado por la vía penal a la dirección de la empresa por cierre improcedente así como por varias irregularidades cometidas en el centro después de que el pasado viernes recibieran por correo electrónico una carta de la empresa Cobe & Family (sociedad limitada propietaria del centro con sede en Mairena del Alcor) en la que se anunciaba el cierre inminente de la guardería “por motivos ajenos” el próximo día 15 de noviembre.
La carta, sin firmar y fechada el día 2 de noviembre, es el último episodio de una serie de desencuentros e irregularidades del centro, según señalan los padres de los alumnos hasta ahora matriculados en esta escuela infantil (con niños de cero a tres años), que les llega después de haber pasado más de una semana intentando ponerse en contacto con la propietaria que “no aparece por la guardería desde hace días”.
“Lo más curioso -señala a Viva Sevilla uno de los padres afectados- es que las propias profesoras de la guardería no tienen noticias del cierre”.
El centro infantil, ubicado en la barriada Nuestra Señora del Amparo en el distrito Macarena, cuenta con tres profesoras, una de las cuales no tendría la titulación necesaria para impartir clases a niños con estas edades y que se dio de baja de la empresa de manera voluntaria hace más de una semana justo cuando los servicios de Inspección de la Delegación de Educación de la Junta se personaron en el centro para comprobar las irregularidades denunciadas por los padres ante la Policía Local y la propia delegación.
El local había permanecido varios días sin luz, por supuesto impago del suministro eléctrico, quedando los niños en penumbra, sin ni siquiera luces de emergencia y teniéndose que calentar los biberones de los niños más pequeños en bares cercanos.
“A las dos profesoras que ahora quedan en la guardería no se les ha comunicado que el centro cierra el próximo martes y se pasan la mayoría de las horas de su jornada laboral con los brazos cruzados porque tan sólo quedan dos niños matriculados”.
Los padres de los alumnos piden al centro que se les devuelva el importe de las matrículas (100 euros), más los gastos ocasionados por la compra de uniforme y material escolar infantil (cerca de 150 euros a cada uno).
Además, la mayoría de los afectados seguirán adelante con su carta denuncia ante la Delegación territorial de Educación porque, aunque el centro vaya a cerrar, señalan que las irregularidades cometidas “no pueden quedar impunes”.