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Málaga

Los Prados reclama atención

La Asociación 13 de Noviembre denuncia la quema de contenedores y pide más vigilancia en el barrio “al menos en fin de semana”.

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  • Solicitan dedicar parte de la vieja estación cerrada a crear una biblioteca y espacio para jóvenes
  • Postes hasta junto a parques infantiles y más pulcritud en algunas calles
  • El reciente cierre de la sucursal de Cajamar les obliga a hacer kilómetros, piden a alguna entidad que no les olvide

Afortunadamente, todo quedó en un susto. Algún desaprensivo metió fuego de madrugada a dos contenedores a las puertas de la que es la sede de la Asociación de Vecinos 13 de Noviembre de Los Prados. Fueron los propios vecinos los que dieron la voz de alarma a primera hora del domingo. Ni policía ni bomberos hicieron acto de presencia, y este martes todavía quedaban los restos de la broma pesada en recuerdo. Un incidente que se repite en los últimos tiempos, tras otro fuego junto al campo de fútbol que tanto esfuerzo les logró hacer realidad o el que sucedió junto al colegio del barrio, según advierte Félix Cueto, vicepresidente del colectivo, que ya ha realizado una llamada de atención por escrito a la Junta de Distrito y a la Policía reclamando mayor vigilancia “principalmente de viernes a domingo cuando la juventud se concentra en esta zona, por las discotecas y salas de fiesta que hay en los polígonos”. La cosa podía haber ido a mayores, extendiéndose a los matorrales secos o árboles del entorno. Es su mayor temor.

En Los Prados siguen dando los buenos días de forma obligada, ajenos al ajetreo de la bulliciosa Málaga. Haciendo sentir al visitante un vecino más. Casi como si el tiempo no hubiera pasado, esta barriada que creció al albor de los talleres de Adif, sigue teniendo al viejo ferrocaril como un cordón umbilical invisible. La estación de los Prados, ahora cerrada, sirve de punto de encuentro para la Asociación Malagueña de Amigos del Ferrocarril. Aunque estos vecinos sueñan con que parte del espacio, que supuso un capítulo importante en la historia de la ciudad, se dedique a una biblioteca. Lorenzo Márquez es secretario de la asociación, “nativo” de Los Prados, “nací aquí en mi casa, que hoy es calle Patorro”, recuerda, y reivindica su puesta en valor “para que también tenga sitio de reunión la juventud”, complementa.

La plaza que precede a esta emblemática estación aún recuerda que fueron los trabajadores los que le dieron forma de su bolsillo allá por el 82, aunque ha perdido todo su esplendor. Es una de sus reivindicaciones, junto a un muro de contención sólido y alto anexo a las vías del tren de alta velocidad que evite las grietas que aquejan desde hace años a aceras, calzada y hasta más de una treintena de viviendas que viven con vistas al paso del Ave como parte de su paisaje rutinario. “Sabemos que es una obra costosa, pero necesaria, queremos sentarnos con el Ayuntamiento y Adif”, reivindica Cueto en nuestro paseo por la zona.

Una mayor limpieza y pulcritud en algunas zonas del barrio por parte de los operarios de Limasa o la eliminación del cableado que convive en las calles con más antigüedad, y hasta con parques infantiles, son otras de las cuentas pendientes, de las que el Ayuntamiento está al corriente, aunque la maquinaria burocrática parece ir a baja velocidad en la Casona del Parque. Eso, y no tener que hacer kilómetros para ir al cajero o hacer gestiones en el banco, tras el reciente cierre de la sucursal de Cajamar que les ha dejado huérfanos de entidades para una barriada de unos 3.000 habitantes donde las casas se mezclan sin ton ni  son con las naves industriales en una convivencia en perfecto equilibrio. Los Prados no reniega ni mucho menos de su pasado pero tiene ganas, y muchas, de mirar al futuro. Tome nota sra. Porras.

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