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Jerez

Desobediencias cotidianas

Los medios y las conversaciones están monopolizados por el mismo tema: la desobediencia catalana

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Los medios y las conversaciones están monopolizados por el mismo tema: la desobediencia catalana. El nacionalismo catalán y el español, ambos en efervescencia, han conseguido que las noticias sobre corrupción, sobre el dinero robado a españoles y a catalanes institucionalmente vayan a las páginas interiores. También el paro y la “recuperación económica”, basada en el reparto proporcional de la pobreza, han dejado de ser la primera preocupación. La música  nacionalista nos hace bailar a todos como en verbena, con balcones adornados con banderas. Abrazados  más allá de las siglas políticas, con Rajoy y Susana Díaz en la misma orquesta, unidos contra los malos españoles.

Con Puigdemont llenando las plazas en nombre de la libertad y el derecho a decidir. En algunos momentos se duda si todo esto es espontáneo o tienen tanto éxito porque estaba planificado. En las películas musicales no nos llama la atención que de pronto empiecen a cantar y a bailar, parece tan apropiado al guion que olvidamos que detrás hay mucho tiempo de ensayo.  Olvidan que las pasiones descontroladas suelen terminar en tragedia y que la política debe ser la salvaguarda del bien común. Los que exigen la represión a golpes y encarcelamientos desde la barra de un bar aún no han puesto rostro a las víctimas.

En el plano más cercano, en el del municipio, también vivimos rodeados de desobediencia. El ayuntamiento te planta la calle con una especie de árboles y  arrancas el de tu puerta para sustituirlo por un limonero o un naranjo.

Nos saltamos a la torera el día de recogida de enseres y sacamos a la calle colchones y muebles. Cargamos con la bolsa de basura para dejarla al lado del contenedor, donde son desgarradas por los animales,  alimentando a las ratas. Permitimos al perro orinarse en la fachada del vecino o en la del colegio próximo.

Hay tantas heces por nuestras calles que vemos posible poner fin al déficit municipal colocando agentes de paisano para poner multas. Colapsamos los accesos a los colegios intentando llegar a la misma puerta con los coches. Los niveles de contaminación del aire de Jerez debido al elevado parque automovilístico no por desconocido dejan de ser elevados y muy perjudiciales para la salud.  Se podría continuar llenando folios y folios de actuaciones que perturban la convivencia y la salud de los ciudadanos y que algunos y algunas entienden por libertad individual.

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