Desde la más americana de las ciudades españolas, desde Cádiz, como la denominó Rubén Darío, el Oratorio de San Felipe Neri volvía a acoger un acto para conmemorar el 40 aniversario de la Constitución de 1978. La presidenta del Congreso, Ana Pastor, y el presidente del Senado, Pío García-Escudero, eran los encargados de dirigir un acto, donde también se significó a José Pedro Pérez Llorca, uno de los padres de la Carta Magna en vigor. En un Oratorio entre cuyas paredes se inventaba el término liberal.
Los lazos de la historia y la democracia que unen a España con las comunidades iberoamericanas se pusieron de manifiesto a través del papel que jugaron los más de 37 diputados iberoamericanos en la promulgación de la Constitución de 1812. Unos principios que a día de hoy “siguen vigentes”, tal y como dijo el presidente del Senado. Como lugar donde nació el constitucionalismo liberal, Cádiz tiene un papel fundamental en la historia que fue destacado por Pérez Llorca, quien repasó lo acontecido en España en el entorno a 1810 y 1813. “Los diputados americanos se reunían ya en Cádiz como si fueran un grupo parlamentario y el primer acto que llevaron a cabo fueron las once proposiciones, un ensayo sobre todo lo que había que hacer en la emancipación”.
A través de La Pepa, “somos padres” no sólo de esas once proposiciones, sino de “la igualdad, la libertad de imprenta, la abolición, la libertad de comercio, o la creación de las diputaciones provinciales, por iniciativa de los americanos”. Sobre la mesa se pusieron nombres como Mexia Lequerica, Joaquín Fernández Leiva o José Manuel Godoa.
Pérez Llorca para finalizar hacía referencia a una cita de El Quijote de Miguel Cervantes a la hora de juzgar a la Constitución del 78. El hidalgo tras la lucha contra los molinos afirmaba: “Amigo Sancho, podrán los encantadores quitarme la ventura, pero el esfuerzo y el mérito es nuestro”.
La soberanía nacional y la división de poderes, la igualdad y los derechos y libertades de los ciudadanos eran ensalzados por Pastor y García-Escudero como legado de la Constitución de 1812. Unos principios esenciales que estimulan a lo largo de la historia la independencia de los países iberoamericanos, señaló el presidente del Senado, que ha calificado aquel marzo de 1812 como un momento en el que se inicia el reloj de la historia. García-Escudero se refirió a la “misma senda” que se consensuó en Cádiz y que recorrieron las naciones iberoamericanas en sus distintos procesos de independencia.
El acto tenía como objetivo que “estos países hermanos compartieran con nosotros esta conmemoración, ante los paralelismos, influencias y afinidades que tanto nos vinculan”. Para el presidente del Senado “estos principios inspirados en 1812 no deben dejar de ser la referencia que nos guíe en el futuro”. Mientras tanto, Ana Pastor declaró que hoy es “importante volver sobre esa historia de la Constitución democrática y estrechar los lazos que nos unen, las raíces y el compromiso, la defensa de los derechos y libertades, así como la búsqueda de la justicia social y el progreso”. Se refirió a la transición y el papel jugado “por encima de parcialidades políticas”, que permitieron que la Constitución del 78 colocara a España en “el mundo contemporáneo”.
Pastor concluyó hablando de progreso, de unión a favor de la civilización de libertad, del fortalecimiento de las instituciones y del desarrollo histórico y social. Todo ello bajo una misma batuta: un lenguaje de la libertad que tiene un inconfundible acento iberoamericano.
