La huelga se hizo efectiva el miércoles a las 22.00 horas, y se tomó tras la celebración de una asamblea vespertina en que los empleados “decidieron por unanimidad” no incorporarse a sus puestos de trabajo, lo que habría obligado a los jefes de planta “a parar la actividad de la misma”, agregaron desde el comité.
Tras la citada reunión se entregó un escrito a la empresa en el que se ofreció “el personal necesario para detener en modo seguro toda la maquinaria”, algo a lo que se negó la empresa, lo que a su entender “ha puesto en peligro a los trabajadores y la salud de la maquinaria” algo que “ha sido comunicado a la Inspección de Trabajo”.
Piñero acusó, además, a NGS de “traer a trabajadores de otras plantas, como la de Palos de la Frontera, en comisión de servicio, para mantener la de aquí en funcionamiento”.
Respuesta
La dirección de NGS, por su parte, recordó que la medida de protesta “se produce sin preaviso, resulta injustificable y es ilegal”, por lo que constituye “un acto de indisciplina y una falta laboral muy grave”.
La firma recordó que el comité rechazó una oferta, “vista con buenos ojos por UGT”, que conllevaba “una revisión salarial que supera con creces los índices de precios; una disminución de la jornada laboral de 48 horas anuales; y un aumento de los beneficios sociales, con una aportación equivalente a 1.300 euros por trabajador así como la constitución de un plan de pensiones”.
