La Hermandad del Consuelo no tiene todavía claro desde qué templo procesionará la tarde del próximo Miércoles Santo, toda vez que en apenas unas semanas se despedirá de manera definitiva del local de la ronda del Pelirón que ha venido haciendo las veces de capilla desde 2010.
La cofradía ha anunciado estos días que trasladará a sus imágenes titulares al convento de las Hermanas de la Cruz el próximo 31 de agosto, dadas las relaciones que mantiene con esta congregación religiosa.
El problema es que el convento carece de una puerta que permita la salida de los pasos del Señor del Amparo y María Santísima del Consuelo. Las alternativas son de momento múltiples y variadas.
En principio, la sensación es que la cofradía quiere procesionar desde un templo relativamente próximo al convento de las Hermanas de la Cruz a pesar de que ello les alejaría sustancialmente de su barrio.
Parece descartarse la opción de San Mateo, templo próximo al convento y con la superficie necesaria para albergar a dos cofradías.
Dejando a un lado la Catedral -que se contempla por ahora como última opción- en la zona cumplen estos requisitos San Juan de los Caballeros y San Marcos.
En un terreno intermedio estaría San Francisco, templo desde el que ha procesionado en los últimos años la Hermandad de la Expiración.
Si se pretende estar cerca del barrio las opciones más viables son la parroquia de Fátima y la parroquia de las Viñas, que es el templo al que teóricamente deberían haberse trasladado ya los titulares de la hermandad de no haber sido por las obras que se están ejecutando en su interior.
De momento, la cofradía trabaja en los preparativos del traslado al convento de las Hermanas de la Cruz, aunque siendo consciente de que no puede demorar mucho más tiempo su decisión dado que una vez llegado el mes de septiembre se hará necesario empezar a perfilar horarios e itinerarios.
Pendientes de una futura sede
La cofradía va a levantar una nueva sede en la Hijuela del Polo, pero para que económicamente resulte viable precisa abandonar el local que le sirve de capilla, por el que paga alquiler, de ahí la necesidad de abandonarlo lo antes posible a pesar de que ello obliga a improvisar una alternativa de carácter temporal.
