La activista sueca Greta Thunberg ha anunciado que partirá este miércoles en catamarán desde el estado norteamericano de Virginia hacia Madrid para asistir a la XXV Cumbre del Clima, que tendrá lugar en la capital entre el 2 y el 13 de diciembre tras suspenderse su celebración en Santiago de Chile por la situación en el país.
Greta, que no viaja en avión por las altas emisiones de gases de efecto invernadero que genera este medio de locomoción, pidió ayuda a través de la red social Twitter para tratar de llegar a tiempo a Madrid una vez se conoció el cambio de ciudad.
En un mensaje publicado en redes sociales, la impulsora del movimiento Juventud por el clima ha anunciado que su petición ha sido atendida y que este mismo miércoles por la mañana zarpará desde el estado Virginia hacia Europa.
Según ha relatado, dos australianos y una inglesa le han ofrecido cruzar el Océano Atlántico a bordo del catamarán 'La Vagabonde', de 84 pies de eslora (25,6 metros de largo). "Muy contenta de poder decir que con suerte llegaré a la COP25 en Madrid", ha indicado.
La joven atravesó este verano el Atlántico en el 'Malizia', el barco ecológico del príncipe de Mónaco, Pierre Casiraghi, y llegó a principios de septiembre a Nueva York (EEUU) para participar en la Cumbre de Acción Climática de la ONU.
Desde allí, recorrió Canadá y distintas ciudades de Estados Unidos, participando en las manifestaciones de los jóvenes por el clima, un movimiento que ella misma ha impulsado en apenas un año, para exigir a los líderes mundiales que luchen y actúen con determinación para frenar el cambio climático.
El Gobierno de Pedro Sánchez ofreció a la joven la ayuda de España para llegar a la Cumbre del Clima y, en caso de que finalmente no fuera posible, adelantó que se facilitaría su participación "en modo remoto", es decir, a través de videoconferencia.
La ministra para la Transición ecológica en funciones, Teresa Ribera, abrió la puerta a que la joven no acudiera a la cita al admitir las dificultades del viaje, porque en esta época el Atlántico norte "no es muy fácil de atravesar". "El problema de Greta no es de financiación, sino de modos de transporte", indicó recientemente.