El Tribunal Supremo, tal y como ha indicado Bufete Ortiz a Viva Cádiz, examinará si los Valores Santander son legales. Los Valores Santander son un producto bancario complejo que el Banco Santander comercializó en el 2007 entre clientes minoristas y que se emitió para financiar la operación de adquisición de la totalidad de las acciones del Banco ABN AMRO por parte del consorcio bancario formado por Banco Santander, Royal Bank of Scothland y Fortis, por lo que la emisión quedó vinculada al éxito de esa operación.
El emisor no fue directamente Banco Santander, pero era único accionista. Si el consorcio en el que participaba Banco Santander no adquiría ABN AMRO, los valores emitidos se amortizarían, devolviéndose a los inversores el capital invertido más un interés. En el caso en que se adquiriese ABN AMRO (que es lo que sucedió), los valores emitiros se convertirían en Obligaciones Necesariamente Convertibles en Acciones de Banco Santander.
“Es decir, los Valores se convertirían primero en obligaciones, devengando un interés anual hasta su necesaria conversión en acciones del banco. Con anterioridad a esa fecha, el inversor podía voluntariamente efectuar el canje en determinadas fechas fijas”, apuntan desde Bufete Ortiz.
En consecuencia, los Valores Santander presentaban una alta rentabilidad inicial y una rentabilidad posterior que era variable. La decisión del Supremo por tanto impactará en las demandas de miles de clientes que compraron en el 2007 ingenuamente los controvertidos Valores Santander, y en las cuentas de Banco Santander que comercializó esta emisión de 7.000 millones.
El Alto Tribunal “va a dirimir la cuestión con urgencia, pasando por delante de otros asuntos, por la litigiosidad que está generando”. “En definitiva, en breve parece ser que vamos a tener sentencia del Supremo sobre los Valores Santander, que tiene una litigiosidad según estima ASUFIN de unos 30.000 pleitos subiúdices en todo el territorio nacional sin contar con los que aún no han demandado, que potencialmente deben ser muchas personas dado que la emisión de los 7.000 millones la colocaron nada más y nada menos que entre unos 150.000 clientes minoristas”, señalan.
Se estima que junto con los pleitos de las tarjetas “revolving” es el producto bancario tóxico que más litigiosidad genera, ya que ha descendido la litigiosidad por las preferentes, deuda subordinada, bonos estructurados y swaps o contratos de permuta financiera.