Seis de cada diez usuarios de Emasesa (600.000 para ser más concretos) dependen de los depósitos que la empresa metropolitana tiene en el Cerro del Carambolo, en Camas. Los terrenos en los que se asientan son arcillosos y propensos a movimientos de tierra. Aunque desde hace dos décadas Emasesa lleva un control “sistemático” de la zona, la compañía anunció en 2019 un plan de intervención en la zona que calificó de estratégico y que está dentro de las obras urgentes que la empresa recoge en su plan de emergencia climática, el primero ya esbozado de las empresas municipales.
El proyecto de estabilización de la ladera del Barranco de la Trocha y de la vía pecuaria Cordel del Patrocinio consta de tres fases. La primera de ellas ya está licitada y a ella optan nueve empresas. Con un presupuesto de 1.234.678 euros, los trabajos, que arrancarán antes de que acabe el mes de junio y que tendrán un periodo de ejecución de 18 meses, se centrarán en construir cunetas para “ordenar el drenaje superficial de las laderas”, evitando así que el agua de la escorrentía esté mucho tiempo en contacto con el suelo; además, se ejecutará una “siembra masiva de arbustos que mejor se adapten a las condiciones del terreno”, en una plantación que se hará de manera “manual”. Cada planta contará con un alcorque y sistema de riego que será “desmontable para evitar posibles fugas”. Asimismo, se realizará un “tratamiento vegetal del terreno con el objeto de trabar el suelo”, según la información difundida por Emasesa.
Tubería de conexión
La segunda fase del proyecto implica la construcción de una tubería de conexión entre los depósitos del Carambolo, con el fin de que el suministro pueda garantizarse desde cualquier de ellos en caso de avería de uno. Para esta “acción”, el plazo estimado de obra es de siete meses. Por último, Emasesa quiere hacer efectiva la conexión de la segunda cintura de abastecimiento a la ciudad de Sevilla, lo que permitiría garantizar el suministro a los usuarios con agua procedente de los depósitos de Adufe, en Alcalá de Guadaíra, en caso de que hubiera que cortar el servicio en alguno o algunos de los depósitos del Cerro del Carambolo.
Emasesa será la primera empresa municipal de Sevilla que contará con un plan de emergencia climática. Para ello, ha definido ya 50 medidas de actuación en un documento en el que se dice textualmente que hay que “invertir de forma creciente y continua en la renovación de redes” para evitar que “podamos llegar en 15-20 años a colapsar el sistema y empezar a perder calidad”. Con carácter inmediato, en 2020 “se deben abordar” actuaciones “urgentes” en la ladera del Carambolo (con un presupuesto global de 3,1 millones), modernización de las instalaciones de cloración de la ETAP Carambolo (1,7 millones de euros), alimentación alternativa a Coria y La Puebla (500.000 euros), colector calle Secoya-Avenida Luis Uruñuela (2,5 millones) y adecuación colector Puerto-convenio Junta de Andalucía por 13,4 millones para remodelar la EDAR Copero, conectar las EDAR de Tablada y San Jerónimo al colector del Puerto y la adecuación de éste.
En el caso del colector de la Avenida Luis Uruñuela, Emasesa asegura que “en algunos tramos, ha llegado a la total pérdida del material de la tubería, con hundimientos que requieren costosas operaciones de reparación y que incluso podrían llegar a interrumpir el tráfico”.
En total, y “por razones de seguridad y de garantía del servicio, y con independencia de las labores de planificación, en 2020”, las actuaciones que “de manera urgente” plantea Emasesa superan los 21 millones de euros.
El plan de emergencia climática tendrá tres objetivos básicos: garantizar la continuidad de los recursos, la calidad del agua y la preparación ante “eventos extremos”.