La chirigota de Alcalá de Guadaira llevó al Falla una de las ideas más originales en lo que llevamos de concurso, aunque puede quedar falta de ideas por lo encorsetado del tipo: niños y niñas que piden cera a los penitentes para su bola.
El primer pasodoble fue de presentación para volver a desarrollar más aún la esencia de la agrupación. El segundo, muy al tipo, para la educación pública y en defensa del profesorado de los colegios y escuelas.
En cuanto a los cuplés, el primero fue para homenajear a Juan Carlos Aragón. El segundo, para criticar a aquellas cuentas de internet que critican todo del carnaval, con remate para la propia agrupación. Discreta actuación, aunque de menos a más.