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Sevilla

José Escudero: "Es muy fácil decir que las cárceles son hoteles"

José Escudero, fiscal coordinador de Vigilancia Penitenciaria en Sevilla, añaliza la situación de las cárceles sevillanas y de los internos

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  • Cárcel de Morón -

José Escudero, fiscal coordinador de Vigilancia Penitenciaria en Sevilla, ha analizado la situación de las cárceles sevillanas y de los internos que conviven en las mismas y ha asegurado que, tras su experiencia al visitar las prisiones, por desconocimiento "es muy fácil decir que las cárceles son hoteles de cinco estrellas".

En una entrevista concedida a Europa Press, Escudero, al frente de un equipo de seis fiscales que se encargan del cumplimiento de las condenas, las sanciones, los derechos de los reclusos y del estado de las infraestructuras penitenciarias, ha detallado que en la provincia están las cárceles de Sevilla I, Sevilla II, la de mujeres de Alcalá de Guadaíra, un CIS y el Centro Psiquiátrico Penitenciario, los cuales se encuentran "en muy buenas condiciones pero la sensación de falta de libertad cuando uno entra es brutal. Hay que verse".

"Las instalaciones se intentan tener de la mejor manera posible y muy limpias pero no tienen nada que ver con una instalación lujosa", ha remarcado el fiscal sobre las cárceles sevillanas, en las que "no se puede decir que haya lujo ni mucho menos, administran un presupuesto que es corto y se intenta que estén de la manera más digna posible".

En este sentido, ha explicado que su área estudia unos 10.000 expedientes anuales y su labor es "la defensa de la legalidad y si esta defensa supone acoger una reclamación de un señor que está en prisión pero que es justa y está conforme, se hace. Lo otro sería miserable", ha añadido.

A su juicio, "la vida dentro de la prisión pasa por muchas vicisitudes" y en cuanto a los permisos de salida la ley contempla un máximo de 18 días por semestre, unos permisos que "sirven para ir preparando al interno de cara a una vida en libertad que, tarde o temprano, llegará".

Escudero ha explicado que estos permisos empiezan a darse poco a poco y paulatinamente. Se estudia el perfil, se le realiza un análisis psicológico, el apoyo de la familia o sus problemas de drogadicción con el fin de "advertir si la concesión de este permiso supone algún riesgo que no podamos asumir".

Al respecto, asegura que entiende que "la gente se ponga un poco negra" sobre la concesión de estos permisos pero estas personas, "tarde o temprano, acabarán el cumplimiento de la pena y tienen que salir de la mejor manera posible", indicando hacia esta cuestión que "hay una sensación en la calle de que las cosas se hacen a la ligera pero ni se imaginan la cantidad de historias que hay detrás".

Para el fiscal, "hay algunos permisos que están muy claros pero, aún así, nunca podremos predecir el comportamiento humano al 100 por cien; intentamos tomar todas las cautelas posibles pero sabemos que siempre hay un riesgo, por pequeño que sea, y, a veces, hay que asumirlo porque lo otro equivale a condenar a un hombre de por vida, haya hecho lo que haya hecho, sin darle a él o a su familia una mínima posibilidad de reinserción". En este sentido, ha destacado que "afortunadamente para nosotros es muy pequeño el número de permisos de salida que autoriza el juez y que salen mal".

No obstante, ha insistido en que se tienen en cuenta la propia naturaleza del delito y que tenga cumplida una cuarta parte de la condena, sentido en el que precisa sobre delincuentes con perfiles "muy peligrosos" por delitos de violación. Al respecto, ha remarcado que "la prisión, la Fiscalía y los juzgados lo tienen que tener muy claro para darle un permiso", indicando también que se valoran "factores de arrepentimiento y la realización de cursos específicos de agresión sexual y violencia de género".

CREE EN LA REINSERCIÓN

En cuanto a la reinserción ha subrayado que en la propia prisión se intenta "hacer todo lo posible" para facilitarla pero muchos internos cuando son puestos en libertad "se encuentran con un ambiente social y en el mismo barrio que les llevó a la comisión del delito y a la cárcel, lo que no favorece a la reinserción", sobre todo ocurre en los casos en los que los presos han tenido problemas de drogadicción. De ahí que, después de cada permiso, se le realicen pruebas toxicológicas.

"No todos hemos tenido las mismas oportunidades y nos cuesta comprender los motivos por los que una persona acaba en prisión", ha precisado Escudero, quien se ha mostrado a favor del programa de encuentros restaurativos entre condenados y sus víctimas en su apuesta por el impulso de la Justicia Restaurativa en el ámbito penal. "No lo veo mal porque puede pedir un perdón sincero. ¿A quién puede perjudicar si la víctima accede?", se ha preguntado.

Por último, sobre la Prisión Permanente Revisable ha precisado que "tiene 70.000 posibilidades" y que le parece "bien" por su "efecto intimidativo. No es encerrarte y tirar la llave al mar ya que a lo largo de la condena hay posibilidades", concluye el fiscal, quien insiste en "la pérdida de la sensación de libertad que sufre una persona cuando entra en un penal. Hay que vivirlo y es muy fácil hablar con desconocimiento".

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