Brasil contabilizó 610 nuevas muertes a causa del coronavirus en las últimas 24 horas, con lo que el total de decesos ascendió a 9.146, mientras que los casos confirmados sobrepasaron los 135.000 en el país, informó este jueves el Ministerio de Salud.
Se trata de la tercera jornada consecutiva en la que el número diario de fallecidos por COVID-19 se sitúa en la barrera de los 600, tras alcanzar el récord de 615 muertes la víspera, en línea con la expectativa de las autoridades sanitarias de que el inicio del pico de la pandemia tendría lugar entre mayo y junio.
En cuanto a la cifra de casos confirmados, el país suramericano notificó 9.888 nuevos contagios por el coronavirus, totalizando 135.106 infectados.
En su boletín diario, el Ministerio de Salud señaló que el estado de Sao Paulo, el más poblado de Brasil, con unos 46 millones de habitantes, sigue a la cabeza de las notificaciones, con 39.928 casos confirmados y 3.206 muertes, seguido de Río de Janeiro (14.156 infectados y 1.394 decesos).
Asimismo, alertó de que, pese a que muchos municipios "todavía no registran casos confirmados u óbitos por la enfermedad", el coronavirus "está presente en todos los estados brasileños".
ESTADOS ENDURECEN CUARENTENAS
La situación más crítica se concentra, sin embargo, en algunos estados del norte y nordeste, las dos regiones más empobrecidas del país.
En el norteño Amazonas, sumergido hace días en un colapso sanitario, la tasa de incidencia es de 2.437 diagnósticos positivos por cada millón de habitantes, mientras que los muertos llegan ya a 805 y, los casos, a 10.099.
Ya su vecino Pará intentó este jueves el confinamiento absoluto en 10 de sus ciudades, pero muchos brasileños desafiaron las medidas restrictivas en el estado, que superara los 410 fallecidos y 5.524 infectados por el coronavirus.
La región siguió los pasos de Maranhao, localizado en el nordeste brasileño, que adoptó el confinamiento total tras una decisión judicial, mientras que se espera en los próximos días el confinamiento absoluto en algunas ciudades del país.
Las autoridades estudian además la aplicación de medidas más rigurosas en localidades de Pernambuco, también en el noreste, y en Río de Janeiro, que ha entrado en colapso sanitario, según admitió el propio gobernador, Wilson Witzel.
En la ciudad de Sao Paulo, donde viven unas 12 millones de personas, la Alcaldía anunció este jueves que el sistema sanitario igualmente se encuentra en estado crítico, con cerca del 90 % de las camas de Cuidados Intensivos de la red pública de salud ocupadas.
En un intento de frenar el avance del COVID-19 y estimular la adhesión al aislamiento social, que se ubica alrededor del 47 % en la capital paulista, el alcalde Bruno Covas anunció hoy unas estrictas reglas de circulación de coches en la ciudad, que ya suma 1.986 muertos por coronavirus.