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Doble acontecimiento poético en Arcos

La publicación regresa con la nueva creación literaria nacional e internacional y sus habituales secciones de traducción y crítica

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Presentación de la revista 'Piedra del Molino'.

Ofrenda floral al busto de Julio Mariscal.

Presentación de la revista 'Piedra del Molino'.

El confinamiento de la pasada primavera se cobró otras víctimas más allá de las humanas, entre ellas las publicaciones, sacrificadas por una cuestión de lógica y de logística. Es el caso de la arcense de Poesía ‘Piedra del Molino’, cuya espera ha merecido la pena por partida doble, pues el número de la publicación dirigida por el poeta Jorge de Arco ve la luz en una edición doble que recoge las entregas 32 y 33.

Es, por tanto, una revista con gran solera ya después de 16 largos años de constancia y calidad. No se espera menos de un consejo editor formado por primeras espadas, desde su presidente, Luis Alberto de Cuenca, hasta los poetas Juan Van-Halen y los arcenses Antonio Murciano, Pedro Sevilla y Pepa Caro. Son más de mil los poetas, críticos, ilustradores y traductores que han desfilado por las páginas de una publicación enraizada con la poesía de Arcos de la Frontera -Jorge de Arco es hijo del escritor Carlos Murciano y sobrino de Antonio Murciano-, pero que es, en esencia, “una ventana abierta al mundo” como suele decir su director.

Por ello, en su flamante número no faltan una miscelánea de la poesía gallega a la que está dedicada en esta ocasión la revista, las novedades literarias que surgen en el panorama nacional e internacional, la crítica y las ilustraciones que hacen, si cabe, más atractiva esta publicación clave de la poesía española de nuestro tiempo, con artistas gráficos como José González Collado, Óscar Estruga y Francesca María, entre otros. Mención especial para la iniciática aparición entre las páginas de ‘Piedra del Molino’ del poeta arcense José María Velázquez-Gaztelu, que muestra así una faceta suya que ciertamente se ha visto eclipsada por su brillante e inolvidable trabajo durante décadas al frente de la programación de flamenco de RTVE. No obstante, y no es la primera vez ni mucho menos, el flamencólogo entrega al lector su corazón poético con unos versos que escribiera en 2001 bajo el título de ‘En cátedra’. En el poema, José María Velázquez-Gaztelu nos habla de la poesía en sí a través de los poetas que ha leído y le han influido: “… Que los dioses protejan su pasión incontrolada/ Soledad, no los asaltes./ Que vivan mucho tiempo en la memoria/ de todos los mortales”.

En suma, poetas jóvenes y consagrados presentan aquí sus novedades, en “un espacio de diálogo” en que procura convertirse la “costosa edición” de una revista editada en papel y que rehúye de otros formatos y plataformas, para hacerse “vínculo palpable que compartir en la intimidad de la poesía”, que diría su director. Jorge de Arco no quiere hablar de un número, o dos, dedicado a la Covid-19, que hubiera resultado una obviedad, pero admite una cierta “catarsis” y la desolación propias de este tiempo como huellas de una ‘Piedra del Molino’ que, en este sentido, es otro testimonio histórico de la poesía hecha en algunos casos durante el confinamiento de la sociedad. Sin embargo, ha sido un periodo para la reflexión, la lectura y la escritura, que es lo que le ha ocurrido al propio De Arco. Y de esa proliferación y buen quehacer, de ese “escribir y leer mucho más”, nace esa “medicina como la manera donde uno de salva, se desahoga”, donde encuentra esa otra patria que reconforta y alienta. Será por ello, por ese momento dulce de inspiración y creación, que Jorge de Arco acaba de obtener el premio ‘Manuel Vázquez Montalbán’ de Poesía que convoca desde hace más de tres décadas el Ayuntamiento madrileño de Alcalá de Henares.

El director de ‘Piedra del Molino’ se trasladó desde su Madrid natal -Jorge de Arco es hijo adoptivo de Arcos de la Frontera- para presidir la presentación de su revista, que corrió a cargo desde el claustro del palacio del Mayorazgo -sede de la Delegación de Cultura- del alcalde de la ciudad, Isidoro Gambín, y la delegada del área, María Macías, quienes ensalzarían una publicación clave que vienen apoyando desde sus inicios. Ambos destacarían la constancia del escritor en su voluntad de proclamar la poesía, no sin pedir el apoyo de privados y entidades para que la revista no se desvanezca en el tiempo.

Un homenaje esencial

La presentación de la revista ‘Piedra del Molino’ no fue un hecho fortuito, pues vino a coincidir con otra cita clave en el llamado ‘Noviembre Literario’ organizado por el Ayuntamiento: el homenaje de todos los años al poeta arcense ido en 1977 Julio Mariscal Montes, cuyo busto se erige en la calle Corredera en recuerdo de uno de los poetas andaluces más sobresalientes de la mitad del siglo XX. Sus ‘herederos’ poéticos Pedro Sevilla y el propio Jorge de Arco leyeron sus versos, recurriendo a ese manual de bolsillo que es el libro ‘La mano abierta’ que recopila algunos de los versos del autor de ‘Corral de muertos’. Pero tampoco faltaron las intervenciones de su amiga Francisca Romero y de su sobrino Aurelio Sánchez Mariscal, ni las del alcalde y la delegada de Cultura, que con su presencia apoyarían una vez más la memoria poética de Arcos de la Frontera. Todo rociado con el aroma de los crisantemos -la flor favorita de Julio Mariscal- para adornar su semblante, ya de bronce para los restos.

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