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Defensa ratifica que se abrió fuego durante la persecución

El Ministerio de Defensa ratificó ayer en un comunicado que la Armada abrió fuego durante la persecución de los piratas desde uno de los helicópteros que participaron en la protección del barco tras su liberación.

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  • El capitán del atunero había manifestado que no hubo disparos durante la operación
El Ministerio de Defensa ratificó ayer en un comunicado que la Armada abrió fuego durante la persecución de los piratas desde uno de los helicópteros que participaron en la protección del barco tras su liberación.

Defensa ha salido así al paso a las declaraciones del capitán del atunero, Iker Galbarriatu, en las que afirmó que durante la liberación del barco “no hubo disparos por parte del Ejército español”.

El Ministerio que dirige Carme Chacón subrayó que fueron dos los helicópteros que participaron en la protección del barco tras su liberación y que uno de ellos persiguió a los esquifes de los piratas en su movimiento hacia la playa.

En esa persecución abrió fuego de intimidación sobre ellos, tal como informó el jefe del Estado Mayor de la Defensa, el general José Julio Rodríguez.

El otro helicóptero permaneció sobre el Alakrana dándole protección para evitar su nueva captura por parte de los secuestradores.

“Probablemente –añade Defensa– el capitán del atunero se refiere en sus declaraciones a este segundo helicóptero, alejado de la acción que la otra aeronave estaba llevando a cabo en las proximidades de la playa”.

Operación de retorno

El pesquero Alakrana navega en dirección a las islas Seychelles, escoltado por la fragata Canarias. Uno de los marineros ha sido trasladado al buque militar después de que se creyera que sufría una angina de pecho aunque, una vez examinado, se ha comprobado que está bien y estable.

El Jemad recalcó que no se procedió a atacar a los piratas hasta que el patrón del Alakrana comunicó que el último somalí había abandonado el barco, y comentó que fue entonces cuando uno de los helicópteros de la Armada comenzó a perseguir a los secuestradores que se dirigían a toda velocidad hacia la costa.

El otro helicóptero permaneció junto al Alakrana para evitar que fuera recapturado por los piratas. “Dos minutos más tarde de que se confirmase que no estaban en el pesquero, el helicóptero ya estaba en persecución” del esquife en el que, con gran velocidad, los piratas se dirigían a la playa, manifestó el Jemad.

Con el fin de detenerlo, el helicóptero abrió fuego “por la proa” y, a continuación, “en la zona del motor”, aunque “debido a la corta distancia de la playa” los dos esquifes la alcanzaron, y los piratas desembarcaron y se confundieron con la gente que estaba allí.

“No hubo heridos, ni muertos”, indicó, antes de relatar que el helicóptero se dirigió entonces hacia el Alakrana para unirse al objetivo de evitar su recaptura por otros piratas.

Tanto el Jemad como la ministra de Defensa hicieron hincapié en que los militares han actuado, desde el inicio del secuestro, sobre la base de que el objetivo central era el regreso “sanos y salvos” de los tripulantes del pesquero.

Chacón recalcó que, junto a ese objetivo “humano” y “moral”, las Fuerzas Armadas han desarrollado su cometido “en estricto cumplimiento” del mandato de la operación Atalanta, y en completa coordinación con los países que la integran.

Preguntada por el rescate que, según algunos medios, podría haber ascendido a 2,7 millones de euros, Chacón reiteró que el Gobierno ha puesto sobre la mesa “todos los esfuerzos en todos los ámbitos”, político, diplomático, de inteligencia, cooperación internacional y militar, pero ha añadido que todos han sido, “siempre y únicamente, legales”.

La ministra dijo que el mando de operaciones barajó distintas posibilidades para llevar a cabo una operación militar de liberación. Así, el Jemad ha confirmado que la fragata Canarias –que se encontraba a 800 millas náuticas del Alakrana– se dirigió hacia el pesquero nada más conocerse el secuestro para intentar interceptarle.

Se barajaron dos opciones: un asalto al buque, que fue desechado para no poner en riesgo a la tripulación, y la colocación de estachas, que también se desestimó porque la configuración del Alakrana la “hacía poco viable”.

El Jemad ha relatado cómo se produjo la detención de los dos piratas que se encuentran a disposición de la Justicia española, y la permanente vigilancia que las fragatas Canarias y Méndez Núñez realizaron “a cierta distancia” del pesquero para evitar ser detectadas por los piratas.

Asimismo, también explicó que se reforzó la unidad de guerra naval de la Canarias para lo que fue preciso “en menos de 48 horas” enviar a la zona una unidad de guerra naval que fue lanzada en paracaídas en alta mar desde un avión Hércules.

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