El obispo de Córdoba, Demetrio Fernández, ha destacado que "lo fundamental de la Navidad es la persona" de Jesucristo, junto a su madre, la Virgen María, y San José, y "no las cosas, ni el ruido, ni la fiesta", porque no podemos "quedarnos por las ramas, sino ir a la raíz del acontecimiento", que es celebrar "un acontecimiento histórico que ha transformado la historia".
En este sentido y en su carta semanal, recogida por Europa Press, Demetrio Fernández ha señalado que "en nuestro ambiente actual, Navidad suena a muchas cosas. Suena a bulla, a regalos y compras, suena a fiesta, a reunión de familia, a encuentro, a tiempo de vacación y descanso. Suena a alegría de los niños, a añoranza de los mayores, a nostalgia de los que nos ha precedido y ya no están entre nosotros. Decir Navidad es decir todo esto y mucho más".
"Sin embargo --prosigue la carta--, Navidad es una persona, es Jesucristo, el Hijo de Dios que nace como hombre para compartir la vida humana en su etapa terrena y llevarla a plenitud en el cielo. Navidad es María, su madre bendita, y junto a ella, su esposo san José. Navidad son los ángeles que anuncian la buena noticia, son los pastores que van corriendo a ver al Niño, son los Magos que vienen de Oriente guiados por una estrella. Navidad es la irrupción de Dios en la historia humana, para hacer de esta historia el lugar de su gloria, llevando a plenitud la historia humana y en ella a todos y cada uno de sus componentes".
Se preguntado entonces el obispo si "¿no tiene que ver lo uno con lo otro?", y se ha respondido que "sí, está íntima y profundamente relacionado lo uno y lo otro, pero una vez más hemos de ir a lo esencial, al fundamento de todo, a no quedarnos por las ramas, sino ir a la raíz del acontecimiento, y lo fundamental de la Navidad es la persona, no las cosas, ni el ruido, ni la fiesta".
Por eso, según ha argumentado Demetrio Fernández, "la alegría de la Navidad tiene pleno sentido", ya que "hacemos fiesta y hacemos bulla porque celebramos un acontecimiento histórico que ha transformado la historia", pero "aunque no hubiera fiesta externa, ni ruido, ni bulla, celebraríamos también la Navidad, porque Dios sigue estando cerca de nosotros, incluso cuando nosotros nos olvidamos de él. Por eso, en Navidad hemos de acercarnos más a él, que viene a nosotros en los sacramentos, en una buena confesión y con una fervorosa comunión".
FIESTA DE LOS POBRES
Navidad, según ha subrayado el obispo, "es también la fiesta de los pobres, pues a los pobres viene a salvar este Niño de Belén. La profunda solidaridad que este Niño ha establecido con su nacimiento, con su Navidad, nos hace salir al encuentro del que no tiene, llevándonos a compartir lo que tenemos".
Precisamente, ahora, "por causa de la pandemia, muchas personas están solas, y hemos de acercarnos a ellas especialmente en estos días", mientras que "otras no tienen casa, ni trabajo, ni esperanza", y "podemos acercarnos para hacerles partícipes de la alegría de la Navidad", que "nos abre los ojos ante la dignidad humana despreciada, pisoteada y ninguneada", porque "la Navidad, el nacimiento del Señor, viene a dignificar a la persona humana. Abramos nuestro corazón, y saldremos todos ganando".
