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Atando Cabos

A veces la vida nos echa de las cosas

Señor Marlaska saque a los inmigrantes del campo de concentración que ha construido en Canarias y reconózcales derechos humanos

Publicado: 23/12/2020 ·
16:29
· Actualizado: 23/12/2020 · 16:29
  • Inmigrantes en Gran Canaria. -
Autor

Remedios Jiménez

Licenciada en Historia, docente y verso suelto

Atando Cabos

Una mirada sobre lo que nos pasa día a día, bajo los titulares de la incesante actualidad

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A veces la vida nos echa de las cosas. Nos echa de un trabajo cuando el día anterior cerramos la puerta de casa y cenamos viendo nuestra serie favorita. Al otro día andas desmoronado, devaluado, sin saber qué cambiaste, mirando con miedo el porvenir.

A veces la vida nos echa de una relación, puede ser bruscamente, de un vistazo descubres que eres cornudo o cornuda. Porque pasaste por allí, que no era tu hora, pero fuiste y le encontraste y después ya no puedes obviar que te es infiel.

Otras veces la cosa es suave, eres tú, soy yo y os encontráis vendiendo la casa. Mudándoos a otra vida, a la de single, volviendo a salir en la noche como a los veinte.

A veces la vida te expulsa de tu vida, porque una enfermedad vino a apoderarse de tu normalidad para instalar la suya. Puede que te resistas pero es batalla perdida. Tendrás que seguir a tu cuerpo allá donde te lleve. Las rutinas se trocarán y pasarás de ratos de muy mal al contenido, al llevadero. Será entonces que puedas hacer cosas, ser un poquito dueño de ti. Agradecerás esos momentos donde hallará resuello tu familia.

A veces la vida te echa de otra vida porque la acaba. Dejándote  sin madre, sin padre, sin pareja… Entonces eres extraña en tu propia existencia, porque te falta un miembro, porque te han amputado. Sigues pero con un hueco grande que los demás no ven y no te imaginas cómo no. Porque allá donde vas llevas la pena y te asoman las lágrimas y recibes palmadas y abrazos de los que quieren recomponerte a fuerza de cariño. Y pasa el tiempo y a ti no se te pasa, aunque sonrías para afuera, converses y acudas a un encuentro. Mandarás a tus amigos reflexiones sobre encontrar la paz, sobre seguir viviendo.

La vida también nos echa de la calle con una pandemia. Nos confina en casa, dónde oímos como fantasmas a los vecinos de al lado. Nos hace perder el espacio, el aire, los abrazos, los agarres de manos. Se lleva la salud y a los seres queridos.

La vida te echa de tu país, el que te vio nacer, dónde entendiste el mundo y creaste vínculos. Una ruptura dura que te rompe el cordón umbilical.

Señor Marlaska saque a los inmigrantes del campo de concentración que ha construido en Canarias y reconózcales derechos humanos.

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