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“Nunca se sabe lo suficiente”

Fue miembro de Fo-Cal, del club ciclista La Salle, trabajador de Sevillana durante décadas y gran animador sociocultural

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  • Rafael Barrios Gil nos dejó el pasado domingo. -

Una de las peores cosas que a uno le puede ocurrir a medida que se va haciendo mayor es que va conociendo, y viviendo, cómo los seres queridos cercanos se van al otro mundo. El pasado domingo, durante casi dos horas, eché uno de esos buenos ratos con el amigo Rafael Barrios Gil, vecino de Arcos, aunque nacido en Jerez el 18 de agosto de 1949, de sobras conocido por muchas facetas. Estuvimos juntos, tomando unos vinos, en el bar Huertas de nuestra barriada El Santiscal, en una pequeña reunión como mandan los tiempos de la Covid-19, en la que se encontraban, además, los también amigos Manuel Sierra y Ángel Roldán. Como si de un presagio se tratara, Rafael, que hablaba hasta por los codos, me contó otra vez su vida, desde que era un niño en el Jerez más costumbrista hasta su marcha a varios países europeos con apenas 16 años para trabajar; su experiencia militar en el Sahara durante los años sesenta, el papel que desempeñó en la reflotación de la hermandad del Silencio, en el club ciclista La Salle, sus vivencias en la asociación fotográfica Fo-Cal, en el mundillo del flamenco, sus interminables paseos por Arcos y la Sierra, sus desavenencias con la empresa eléctrica en la que trabajó hasta su prejubilación… Así pasaron casi dos horas, en una amenísima tertulia entre copitas de Alfonso –uno de sus vinos favoritos- y palabras entrañables de un hombre entrañable, porque pocos arcenses no conocían a esta persona llena de vida a pesar de estar superando un cáncer y otros problemas de salud que llevaba sin duda de manera estoica. Pasaron unas horas, y a eso de las once de la noche, recibí una llamada de  mi amigo Ángel contándome que, de repente, Rafael Barrios se nos había marchado para siempre. Desde luego, no di crédito a tan fatal noticia, porque no es normal que horas antes estuviéramos juntos echando ese buen ratito y al poco morir. Cosas de la vida, posiblemente sería un infarto el que se lo llevó –pensé-, dejando viuda a Manuela, y huérfanos de padre a dos hijos, Eva María y al exconcejal, ahora jefe de Gabinete de la Alcaldía de Arcos, Rafael Barrios Orozco.

Con la inmediatez de su muerte, a uno no le cabe más que cuestionarse una vez más la fugacidad de esta vida, en la que estás presente y al momento abandonas irremediablemente. Pero en esas apenas dos horas, como si de un augurio divino se tratara, Rafael pareció despedirse de mí y de sus amigos, viniendo a decir que su vida le ha colmado en lo personal, pues se sentía realizado como persona, como padre de familia, como trabajador, amigo de sus amigos y como animador social de tantas y tantas actividades y colectivos en los que participó desde siempre.

En marzo de 2004 publiqué en el entonces ‘Arcos Información’ una entrevista en la que repasamos su vida dentro de lo que cabe en una página. Como conclusión, releyendo aquel trabajo, Rafael era un espíritu inquieto, un observador de todo cuanto se le ponía por delante, un hombre que habría sido un políglota del Renacimiento y un continuo ‘buscador’ de nuevas sensaciones y emociones. Aquella entrevista terminó con una frase suya en la que decía que “Nunca se sabe lo suficiente”. Cuánta razón llevaba. Que Dios lo tenga en su gloria y nosotros, los que seguimos estupefactos en este mundo, lo recordemos con el cariño y el respeto que sin duda se merecía. Descanse en paz y un fuerte abrazo a su familia y amigos.

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