El Gobierno francés no descarta el que sería un tercer confinamiento si la situación epidémica empeora mucho, y justifica la nueva vuelta de tuerca en las restricciones que llegarán a partir de mañana para no tener que tomar otras medidas más gravosas a la vista de lo que ocurre en países vecinos.
El portavoz del Gobierno, Gabriel Attal, defendió el adelanto del toque de queda de las 20.00 a las 18.00 horas en toda Francia a partir de este sábado porque "es la medida que hemos considerado más eficaz", pero eso no excluye que se puedan tomar en los próximos días "otras", como un confinamiento domiciliario.
Ese confinamiento "es una opción que está encima de la mesa si la situación empeora mucho", advirtió en una entrevista a la emisora France Info, un día después de que el primer ministro, Jean Castex, detallara las restricciones adicionales a los movimientos.
Attal reconoció que la situación epidémica en Francia es "frágil" pero al mismo tiempo se esforzó en hacer notar que el aumento de contagios no es "exponencial" como en países vecinos.
Este jueves, las autoridades sanitarias comunicaron 21.228 casos, una cifra similar a la de los últimos días, y muy alejada de los hasta más de 60.000 que hubo puntualmente algún día cuando se decretó a finales de octubre el segundo confinamiento, que se prolongó hasta el 15 de diciembre.
Uno de los nuevos dispositivos que se impone ahora en Francia es un reforzamiento del control de todos los que lleguen de países exteriores a la Unión Europea (UE), que tendrán que haberse hecho un test de coronavirus antes de iniciar el viaje, y que al llegar tendrán que estar una semana en aislamiento antes de hacerse una nueva prueba.
Preguntado sobre por qué no se hace lo mismo con los que llegan de países del interior de la UE, el portavoz del Ejecutivo avanzó que el presidente francés, Emmanuel Macron, hará propuestas sobre ese punto al resto de socios en el Consejo Europeo que está convocado para la semana próxima.
"Es importante -dijo- que cuando se toman decisiones las discutamos juntos".
Attal hizo notar que los movimientos dentro de las fronteras intraeuropeas son muy importantes, y que cada día 350.000 franceses van a trabajar a otros países vecinos.
Por lo que respecta a las vacunas, contó que "es totalmente posible" que se utilicen capacidades industriales del grupo farmacéutico francés Sanofi para producir en Francia alguna de los fabricantes que ya las están comercializando y que ya han sido autorizadas en la UE.
Se trataría así de acelerar la producción para poder aumentar la cadencia de vacunación. El portavoz del Gobierno francés hizo hincapié en que, se fabriquen en el país donde se fabriquen, Francia recibirá una cuota fija de los encargos conjuntos hechos por la Comisión Europea, que está en función de su población.
Sanofi admitió en diciembre que su proyecto de vacuna para la covid que desarrolla con el británico GSK no progresa como había previsto, de forma que espera que pueda estar lista no antes del cuarto trimestre de 2021.