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Jerez llora a su segundo obispo

Las campanas de la Catedral doblaron en su honor en lo se antoja un adelanto del funeral que se oficiará cuando la pandemia lo permita

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Juan del Río, tomando el relevo de Bellido Caro, en 2000.

Juan del Río, con los Reyes de España.

Con el Papa Francisco.

Juan del Río, vestido con el uniforme militar de campaña.

Juan del Río, en una de sus últimas apariciones.

Juan del Río, con el Nuncio apostólico.

Juan del Río, en la procesión de la Merced.

Juan del Río, en el anuncio de la coronación del Valle.

Juan del Río, con su sucesor, José Mazuelos.

Juan del Río, con su sucesor, José Mazuelos.

Juan del Río.

Juan del Río.

Juan del Río, en una eucaristía.

Juan del Río, en el Obispado.

Juan del Río, en el Teatro Villamarta.

Juan del Río, con miembros de la Unión de Hermandades.

Juan del Río Martín, obispo de Asidonia-Jerez entre 2000 y 2008 y arzobispo castrense desde entonces falleció sobre las 11.00 horas de este jueves en el Hospital General de la Defensa víctima del Covid-19, donde permanecía ingresado desde el pasado jueves 21 de enero.

Apenas un par de días antes, el martes 19, publicaba en su muro de Facebook uno de sus últimos mensajes: “En estos tiempos recios, es más necesario que nunca: la alegría, el humor y la sonrisa cotidiana; porque si la #pandemia alcanza el alma, esta languidece y se pierde la #esperanza. Por favor,  no olvides el refrán: “Al mal tiempo, buena cara”.

Monseñor Del Río era periodista y manejaba de manera precisa las redes sociales. Dejó escrito su último mensaje apenas unas horas antes de ingresar en el hospital, coincidiendo con la toma de posesión de Joe Biden como presidente de los Estados Unidos. “La celebración de una #Misa antes de la toma de posesión de Joe #Biden como presidente de USA, indica que la religión y la tradición, no son obstáculos para una secular democracia y sana pluralidad.¡No vendría mal que aquí, nos liberaramos de tantos prejuicios antirreligiosos!”.

A partir de ahí comenzó su lucha contra la enfermedad. Le quedó pendiente la celebración de la eucaristía de San Francisco de Sales (patrón de los periodistas) del sábado 24. El miércoles 20 advirtió unas décimas de fiebre y pidió al sacerdote y periodista José Gabriel Vera que le sustituyese.

 

A mediodía doblaron las campanas de la Catedral de Jerez, la iglesia en la que fue ordenado obispo el 23 de septiembre de 2000, víspera de la festividad de la Virgen de la Merced.

El administrador diocesano, Federico Mantaras,  subrayó la importancia que tuvo la labor de Juan del Río en el desarrollo de una diócesis que había dado sus primeros pasos de la mano de Rafael Bellido Caro. 

Según Mantaras, a monseñor Del Río “le tocó estructurarla” y “organizarlo todo”, algo que “supo hacer muy bien” en buena medida porque tenía “capacidad para sacar el máximo partido a las cualidades de cada persona”.

También destacó la apuesta del que fuera obispo de Jerez por “la formación de los laicos y del clero”, poniendo como ejemplo el desarrollo del Instituto de Ciencias Religiosas; así como por dotar a la Diócesis de una sede como la del palacio de Bertemati, una “gran obra” que quiso que se convirtiera “en foco de evangelización”.

En este “día triste” de su fallecimiento, Mantaras ha expresado el “agradecimiento” de la Diócesis hacia una labor “muy grande” que permitió poner “los cimientos” de esta realidad eclesial.

Además, fue una persona “cercana con su clero, con todo el pueblo santo de Dios, con sus religiosos y religiosas, con sus movimientos y con la religiosidad popular”.

“Creemos que es justo darle gracias a Dios por el pastor que nos envió y pedirle también para que lo reciba en la gloria eterna”.

El propio Mantaras trasladó el fatal desenlace a la alcaldesa, Mamen Sánchez, que a esa hora presidía el Pleno ordinario y que estos últimos días había mostrado interés por la evolución del arzobispo castrense. En ese momento, la regidora trasladó las “condolencias” de la Corporación a la familia, expresando además un “reconocimiento” a la labor desarrollada y no dejando de lado el “cariño” que sentía por la ciudad.

A nivel local fueron innumerables los testimonios que valoraron la personalidad de monseñor Del Río, destacando el hondo pesar manifestado por la práctica totalidad de hermandades y cofradías. Algo parecido ocurrió en su localidad natal, Ayamonte, con mensaje también de su alcaldesa, Natalia Santos. “Se marcha un gran ayamontino, amante de su ciudad y muy devoto de nuestra patrona, la Virgen de las Angustias”, dijo.

El ministerio de Defensa se unió igualmente a este pesar, calificando a Juan del Río como “una gran persona, llena de humanidad, inteligencia y generosidad, a la que toda la gran familia militar” echará “de menos”.

También hicieron lo propio los ejércitos y el Estado Mayor de la Defensa. No hay que olvidar a este respecto que el arzobispo castrense adquiere el rango de general de las Fuerzas Armadas. 

Pero quizá el testimonio más significativo sea el del cardenal arzobispo emérito de Sevilla, fray Carlos Amigo Vallejo, que fue quien le ordenó como obispo de Jerez hace ya más de veinte años y al que le unía una gran amistad.

“Siempre dejó la huella de un hombre entregado. Don Juan del Río no ha muerto, vive y vive para siempre”, dijo, muy en línea precisamente con ese mensaje que el arzobispo castrense había dejado escrito en su Facebook antes de enfermar: “En estos tiempos recios es más necesario que nunca la alegría, el humor y la sonrisa cotidiana”.

Descanse en paz.

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