La Sección Cuarta de la Audiencia de Sevilla ha iniciado este jueves el juicio promovido contra Antonio Manuel C.L, quien fuera mayordomo de la Hermandad del Valle, por la presunta apropiación indebida de unos 176.000 euros de la entidad, sesión en la que el acusado ha defendido que aunque la contabilidad de la entidad sufrió "descuadres" cuando él estaba al frente de la misma, extremo que según alega ya sucedía antes de su etapa, no medio ninguna apropiación de dinero, tras lo cual ha alegado que se ha "comido marrones" que no le corresponden al mediar numerosos pagos sin facturas o encargos sin presupuestar, entre otras incidencias contables que ha enumerado.
Así lo ha manifestado el acusado, que ha accedido a responder sólo a las preguntas de la Fiscalía y de su abogado defensor, después de que testificase el abogado y hermano del Valle Eduardo Muriedas, quien además ostenta una de las acusaciones particulares en esta causa.
Mudieras ha asegurado que el acusado, para el que la Fiscalía reclama tres años y seis meses de prisión y una multa de 1.800 euros por un delito continuado de apropiación indebida, así como una indemnización de unos 175.000 euros en favor de la hermandad; actuó merced a un "plan preconcebido" basado en la "confianza" depositada en él para dirigir las cuentas, descartando así que el asunto derive de una mala gestión de la contabilidad y asegurando a la hora de firmar los dos reconocimientos "de deuda" que pesan sobre Antonio Manuel C.L., el mismo no estaba sometido a "ninguna presión" y era "plenamente consciente" de lo que rubricaba.
El acusado, no obstante, ha defendido que cuando comenzó a encargarse de la contabilidad de la hermandad la misma ya arrastraba "descuadres" como los que surgieron durante su etapa al frente de las cuentas, defendiendo que él reconoció ante los responsables de la entidad tales descuadres pero "no deudas". En ese sentido, ha señalado que las incidencias contables derivaban de aspectos como encargos ordenados por la hermandad pero no presupuestados o numerosos pagos "sin factura", hasta tal extremo que él y otras personas hubieron de aportar dinero de sus propios "bolsillos" para sufragar algunos gastos no previstos.
"Yo no he maquinado nada. Me he comido marrones que no me correspondían", ha aseverado, achacando a Mudieras todo un "acoso y derribo" para él asumiese las consecuencias de aquella situación. "Yo no sabía lo que firmaba", ha enfatizado, exponiendo que en aquella época estaba "muy mal" en el plano psicológico e incluso estuvo bajo tratamiento.