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Podemos San Roque rechaza el derrumbe de la Casa del Médico en Guadiaro

La formación da a conocer un comunicado de José Ortega que glosa la historia del edificio

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  • La Casa del Médico, en Guadiaro. -

Podemos San Roque se ha hecho eco del comunicado del vecino y compañero de la formación José Ortega Ortega, del Valle de Guadiaro, y lo ha hecho público para señalar la, a su juicio, “falta de sensibilidad por parte de la gestión municipal de San Roque”, en concreto por el derrumbe de la conocida como Casa del Médico, “sin ningún tipo de justificación ni consulta a la ciudadanía”.

El comunicado de Ortega, íntegro, es el siguiente:

“Con la historia de los tiempos, Guadiaro estuvo y está presente por voluntad de sus pobladores y siempre ha tenido por naturaleza esa gracia de conjunto histórico, geopolítico y también social; por eso es un pueblo históricamente milenario.

Desde la administración municipal de San Roque, siempre contra el desarrollo del conjunto del Valle del Guadiaro, todo lo emblemático se destruye o se deja enterrado para que quede en el olvido: el abandono del yacimiento arqueológico, las torres de Torreguadiaro (que hubo un intento de destruirlas y una reforma muy polémica), el antiguo cuartel de la Guardia Civil lo trasladaron a otra parte alegando que no encontraban sitio en el Guadiaro antiguo, se dejó sin proteger la antigua Posada, tampoco se mantuvo un edificio que se hizo exclusivamente para el cine de invierno, aunque de sociedad privada, pero lo disfrutaban todos los vecinos del Valle del Guadiaro. De esa manera se va destruyendo físicamente la historia de este bonito lugar enclavado a orillas del Guadiaro, también el caso del cementerio público de Guadiaro (que según documentos del archivo municipal de San Roque queda comprobado que pasó de ser público a manos privadas) y por último, el derribo del emblemático centro médico de Guadiaro.

Se destruye aparentemente por ser un edificio viejo, o mejor dicho abandonado. Era un inmueble perfectamente adaptable para multiusos y con una construcción excelente. En cualquier pueblo o ciudad que hay un edificio antiguo, con valor arquitectónico y simbólico, lo que se hace es tratar de conservar lo bello de esa construcción y por dentro reformar lo necesario para que los pueblos puedan tener fachadas de interés histórico dignas de ser visitadas. Pero todo este tipo de actuaciones no son fruto de la casualidad. Este tipo de cosas, sin ser mal pensado, te hace intuir que aquí puede estar el germen de la presunta corrupción.

Desbaratar un edificio hecho por personas del pueblo, con los conocimientos de los vecinos de aquella época, que desde la dirección técnica y la dirección ejecutiva de los trabajos hasta el último obrero se afanaron en hacer bien la construcción de este edificio público y emblemático hasta su total destrucción por causas no justificadas, al menos en  el Valle del Guadiaro. Se trata de un edificio con importancia arquitectónica para un pueblo y con el valor añadido del sentimiento humano hacia este apreciado inmueble.

Como conclusión, se comprende que es necesario hacer reformas cuando un edificio requiere modificaciones pero no cuando no tenga un deterioro que conlleve la destrucción completa y sin consultar con la opinión de los vecinos. Destruyendo la esencia de un lugar que ha sido habitado desde épocas muy antiguas.

Cuando se podía haber dado un uso que aportara cosas que carece el pueblo y nos enriqueciera a nuestros vecinos y a todo aquel que deseara visitarlo. No tener en cuenta estas consideraciones es como arrancar una parte de la historia de un pueblo. No se debería haber desbaratado un edificio propio de este lugar, siendo de obligación moral y democrática haber contado con la opinión de sus vecinos por el respeto que todo pueblo se merece.

Ojalá este escrito sirva para hacer conocer algo más de nuestra historia aunque haya sido a costa de un atropello ya culminado”.

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