“Nos vamos a Madrid, mañana mismo si hace falta. Ahora la policía seguramente no nos parará”, dice uno de los trabajadores que participan en la asamblea. “Pero tienen que ponerse de acuerdo los cuatro comités para que vayamos todos juntos”, responde otro. El cansancio mancha ya sus monos y sus caras. El 21 de abril comenzó la acampada. Suman 37 días ante la factoría. Son más de treinta personas las que van turnándose para mantenerse firmes en su protesta ante el inminente cierre de la planta de Airbus en Puerto Real. “Seguimos aguantando, y mientras haya gente para seguir rotando no nos faltarán las fuerzas”, nos cuenta Tomás Núñez, miembro del Comité de Empresa por CGT.
La intención por parte de este grupo es seguir adelante con el campamento “hasta que no se solucione o se diluya la idea de cerrar la planta”. Diariamente celebran asambleas durante la media hora de descanso en las que van decidiendo las movilizaciones que se llevarán a cabo. Esta semana, de hecho, se han propuesto varias iniciativas, entre ellas realizar una visita a la nueva fábrica de Getafe, en Madrid, y también acudir a la sede central del PSOE. “Todas esas propuestas han sido aprobadas con votaciones a mano alzada y vamos a llevarlas a cabo en las fechas que podamos ir legalizándolas en el caso de que sea necesario”, expone Núñez.
Mientras que el pasado viernes se llevó a cabo una huelga de ocho horas, para este está programado un paro de cuatro horas en los tres turnos. Además, por la mañana tendrá lugar una manifestación que irá desde la factoría hasta el Ayuntamiento de Puerto Real y partirá a las 11.30 horas.
No están de acuerdo con el plan alternativo presentado y acordado entre el Gobierno y los sindicatos mayoritarios. “No le vemos nada positivo; cierran Puerto Real, que era lo que no queríamos desde todas las centrales sindicales y los comités de empresa. Pedíamos mantener la fábrica y que nos trajeran carga de trabajo e inversiones tecnológicas”. Además, añade que “no sólo nos cierran la planta, sino que tampoco nos aseguran el mantenimiento del empleo en Cádiz y con el tema de los convenios nos congelan los salarios”. “Ellos quieren negociar un todo, y en esa totalidad no vemos nada positivo”.
Lo que sí tienen claro es una cosa: “vamos a luchar hasta que todo acabe, para bien o para mal; si finalmente es para mal nos iremos con la cabeza alta por haber hecho todo lo posible porque Airbus Puerta Real siga abierto”.
Tomás Núñez tiene la impresión de que “está todo negociado ya”. Señala que “hay un acuerdo de propuesta de la federación de CCOO y UGT, con el Gobierno como árbitro, que Airbus ve con buenos ojos”. Pero según apunta “esa propuesta emana de Airbus, y es tan cínica que han hecho que sean los propios sindicatos quienes la presenten”.
Aunque sólo sea un acuerdo marco, Núñez afirma que “en asambleas de otros sindicatos, en otros centros e incluso aquí, se les va escapando pequeñas pinceladas de lo que ya hay en firme; acuerdos que ni nosotros ni los trabajadores conocemos aún, pero parece ser que otros sí porque se les escapa”.
Por ejemplo, “han dicho que se van a construir dos naves en el Centro Bahía de Cádiz de El Puerto, o que todos vamos para allá y la carga será transferida aunque otra parte se vaya a Getafe… todo eso que se supone que está en el aire parece que ya lo conocen los representantes de los sindicatos mayoritarios”.
“Nosotros estaremos donde estén las movilizaciones; esto no es cuestión de siglas. Intentaremos que en la manifestación de este viernes estén también aquellos compañeros que se han sentido traicionados”, apuntaba uno de los trabajadores en la asamblea. Son los últimos cartuchos para seguir en la lucha e intentar combatir la estrategia de centralización de la multinacional.
