Al fin, por fin, una buena noticia entre tanta calamidad. Trump ya no está en la Casa Blanca. El peor presidente de la historia de los Estados Unidos ha dejado paso al demócrata Joe Biden, a quien el sector agroalimentario andaluz mira con indisimulada esperanza.
Entre los infinitos malos recuerdos que deja el disparatado republicano están los aranceles impuestos a los alimentos andaluces. Aquella injusta y arbitraria medida tiene que aparecer, para su rechazo, en el documento de negociación que Bruselas y Washington redacten en esta nueva etapa. No será en un pispas, pero sí más pronto que tarde porque hay que tener en cuenta que, fuera de la Unión Europea, Estados Unidos es el principal destino de las exportaciones andaluzas. Veremos, por tanto, los cambios que se produzcan en la política exterior de la todavía primera potencia del mundo, y cómo estos pueden afectar a nuestro terruño.
No podemos olvidar el convenio de Defensa con Washington que regula la presencia de las tropas estadounidenses en las bases de Morón y Rota. Ese convenio vence el próximo mayo, y se convertirá en una baza muy importante para la renegociación de las relaciones bilaterales entre España y Estados Unidos, desaparecidas durante la era Trump.
De momento, el Gobierno español ha concedido una prórroga de un año para que la nueva Administración demócrata pueda determinar cuál es su política en materia de Defensa. En esa futura negociación sabremos, además, si son ciertas las informaciones periodísticas que hablan de que el rey Mohamed VI habría ofrecido a la Secretaría de Defensa de Washington una base militar en Marruecos para acoger los destructores y tropas americanas desplegadas en la gaditana base de Rota.
Por cierto, habrá que comprobar, igualmente, si la política exterior de Biden ratifica la presencia de una embajada estadounidense en Marruecos después de que Trump reconociera la solución que Rabat plantea para el conficto del Sáhara, esto es que aquel pretérito protectorado español se convierta en una autonomía de nuestro vecino del sur, planteamiento que España no comparte, al menos a día de hoy.
