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Absit Invidia

Red Eléctrica y el nuevo cable

El conflicto del cable de Tarifa, en la década de los 90, fue generado por la desinformación. Cuando la empresa reaccionó ya tenía a todo el pueblo en contra

Publicado: 12/02/2021 ·
17:09
· Actualizado: 12/02/2021 · 17:18
  • Imagen del centro de control de la red de Alta Tensión de Andalucía, ubicado en Sevilla. -
Autor

Pedro García Vázquez

Pedro García es periodista. Director de Informativos de 7 Televisión y Publicaciones del Sur

Absit Invidia

Con la esperanza de ser entendido por lo que pone, y por lo que no. Eso sí, sin ánimo de ofender ni en castellano, ni en latín

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Ceuta necesita suministro de luz estable. Red Eléctrica está obligada a dárselo. La inversión, garantizada y el proyecto, avanzado con los parabienes gubernamentales. Todo presto. Bueno, casi todo. La empresa, dedicada al transporte y operación del sistema eléctrico, se ha encontrado con el rechazo institucional, ecologista y probablemente vecinal de los municipios andaluces más afectados por el proyecto: La Línea y San Roque, ambos en el Campo de Gibraltar.

La compañía debería no minusvalorar el problema que se le viene encima sobre todo cuando ya, en la década de los noventa, sufrió un verdadero infierno a la hora de instalar una interconexión eléctrica con Marruecos a través de la tarifeña playa de Los Lances.

Ya conocen aquella frase -de innumerables padres- que dice: quien olvida su historia está condenado a repetirla. Pues la compañía, que ahora preside Beatriz Corredor, debería tomar nota. El conflicto del cable de Tarifa fue generado por diversas causas, pero la fundamental fue la desinformación inicial. La empresa reaccionó cuando ya tenía a todo el pueblo tarifeño en su contra, y posteriormente tuvo que recurrir al talonario y al uso de la fuerza (carga de la Guardia Civil en la playa) para que el Estado cumpliera su compromiso y la interconexión llegara a Marruecos.

Paraje de La Línea donde está previsto el proyecto.

Aquel era un proyecto estratégico. El de ahora también lo es. Con toda probabilidad, por tanto, acabará siendo ejecutado contra viento y marea. Es tiempo de negociación para evitar, por ejemplo, que La Línea vea una subestación eléctrica donde ahora contempla unos terrenos de evidente valor paisajístico y urbanístico. San Roque, por su parte, no quiere más líneas de alta tensión sobre las cabezas de sus vecinos porque ya tiene bastantes.

Una vez descartado -por razones obvias- que Marruecos vaya a ceder energía eléctrica a Ceuta (tampoco es aconsejable una dependencia energética de Rabat), habrá que buscar una alternativa para que la servidumbre de Estado no vuelva a perjudicar de nuevo al Campo de Gibraltar. Las energías renovables son un buen complemento para Ceuta, pero no una garantía ni la solución. La alternativa, aunque sea más costosa, tendrá que ser consensuada con los municipios afectados.

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