Hay quien, tras su visita, lo ha calificado como el mejor centro ecuestre, un lugar en el que el amor por los caballos se une al buen hacer de unos excelentes profesionales, algo que lo convierte, también según las palabras de alguno de sus últimos clientes, en el lugar perfecto para aprender equitación. Y lo mejor de todo es que no está en Jerez de la Frontera o en Sevilla, sino aquí mismo, muy cerca, a medio camino entre Alcalá y la aldea de La Pedriza. Hablamos del Centro Ecuestre “La Querencia”. Su alma máter es Elena Pareja Sánchez, una verdadera apasionada del mundo del caballo que, hace trece años, cuando corría 2010, puso en marcha estas excelentes instalaciones. “Era mi sueño de pequeña por el gran amor que tengo por estos animales tan maravillosos”, reconoce, y no cuesta nada creerlo, pues se nota enseguida que todas las horas de su día son pocas para dedicarlas a su trabajo y a sus animales.
Porque es verdad que eso del bienestar animal está muy de moda, pero es que aquí el animal se mima. “Por supuesto, nuestros caballos son aquí lo primero. Desde su alimentación pasando por todos y cada uno de los cuidados que necesitan”, reconoce. A ello hay que unir unas fantásticas instalaciones, con veinte boxes para caballos y amplios espacios exteriores para realizar las diferentes actividades.
En la actualidad, las opciones que ofrece Centro Ecuestre “La Querencia” son múltiples para aquellos que se sientes atraídos por esta práctica. “Ofrecemos pupilaje y doma de caballos en diferentes disciplinas: clásica, vaquera, alta escuela, enganche. También se imparten clases de equitación, servicio de bodas y eventos con carruaje y incluso clases de equinoterapia, un tipo de tratamiento que se utiliza como soporte terapéutico en enfermedades físicas y psíquicas, y cuya finalidad consiste en mejorar la calidad de vida de aquellas personas que padecen una discapacidad”.
Esta amplia oferta hace que las personas que se acercan hasta el centro sean también de perfiles muy diferenciados y sobre todo, de un rango de edad muy abierto. “Tenemos clientes desde los tres a los 65 años de edad, aunque es cierto que la mayoría se encuentran entre los doce y los treinta”, asegura Elena.
En definitiva, un lugar ideal para introducirnos en el bello arte de la equitación, o para perfeccionarlo si ya contamos con ciertas nociones, de la mano de Elena Pareja, profesora y jinete que vio hecho realidad con La Querencia un sueño que se remontaba a su niñez.