El rock de Las Legañas tomó en la noche de este viernes el Teatro Apolo de Almería, donde el público pudo disfrutar de su música sin artificios ni grandilocuencias, pero con los pies en el suelo y con ganas de hacer llegar mensajes para construir una sociedad mejor.
La banda almeriense --en la que la guitarrista, compositora y letrista María Makia da continuidad a sus inquietudes musicales más de 30 años después de la mítica Subversiva-- actuó en lo que fue una de las últimas citas de la programación de invierno impulsada por el Área de Cultura y Educación del Ayuntamiento.
Un programa que "siempre guarda un importante espacio precisamente para dar apoyo y oportunidades a la escena local", según ha destacado este sábado en una nota el Consistorio almeriense.
Dulce Montagudo a la voz, María Makia a la guitarra y composición, Julio Úbeda al bajo y Curro Domene a la batería forman un grupo que demostró que no hay fecha de caducidad con la potencia y dominio de una guitarra eléctrica y un bajo, la técnica en la batería y la capacidad de hacer llegar mensajes con la voz a ritmo de rock, a veces más cercano al punk, otras más al progresivo andaluz y otras más metálico.
Las Legañas presentó la media docena de temas que componen su primer EP, avanzó una buena tacada de nuevas canciones de lo que será su próximo trabajo discográfico y hasta recuperó alguna vieja coplilla de los tiempos de los citados Subversiva.
Abrieron la velada con 'Waslala', que presenta las bases de un mundo ideal sobre una melodía con ligeros toques orientales y sonaron también 'Déjame vivir', un canto de necesidad ante los agobios con matices de punk ochentero, y la "muy rocanrolera" 'Que pase la noche'.
El público escuchó, además, 'Oscilante', entre ángeles y demonios, la nostalgia de niñez de 'Recuerdo' y el "aura épica de los resistentes Barón Rojo" en 'Cicatrices en mis pies'. Después llegó uno de los primeros momentos emocionantes con 'El llanto', de fuerte impronta feminista.
"Nos queremos libres en los escenarios, en las calles, en la vida", apuntó la guitarrista. Una canción que tendría su espacio de lucidez, precisamente, para los chicos del grupo con momentos de diálogo solista entre bajo y batería. Todos unidos por el mismo fin.
'Verso suelto' estuvo dedicada "a todos aquellos que no riman con nadie en esta poesía que es la vida", mientras que en 'Siempre tuve' la banda contó con la colaboración de Diego, de The River Band, en un tema con ciertos aires de rock andaluz.
En el Teatro Apolo también sonaron 'Flamenkore en la puerta del cortijo', 'El Blues de Mery Jo', dedicada a las mujeres mayores y 'Proyecto Mariposa', dedicada a la asociación del mismo nombre, creada para apoyar a las personas diagnosticadas de cáncer y que contó con unas palabras de su presidenta.
Cerca ya del final, destacó el canto de amor a la tierra de 'Al Sur', 'Ver el sol', canto contra los malos tratos, y 'Princesas de otros cuentos', que reivindica un papel de la mujer alejado de clichés perfeccionistas y manidos. Las Legañas, jaleada por su público, regaló dos canciones más y repitió 'Waslala' y 'Oscilante'.