La política mejor valorada de España ha decidido plantear una alternativa para aglutinar a toda la izquierda que se encuentra a la izquierda del PSOE. Sería la Plataforma de Yolanda Díaz Pérez, vicepresidenta segunda del Gobierno y ministra de Trabajo y Economía Social, abogada laboralista e hija de sindicalista del sector naval de Fene, en la bahía ferrolana de Coruña. Su experiencia política está jalonada de éxitos y fracasos, pero su mejor posición es la actual, labrada por los acuerdos logrados desde el ministerio de Trabajo.
Su empeño es prometedor, aunque nada fácil. Ese espacio de la izquierda se ha caracterizado por un espíritu de divisionismo que se ha acercado a la consideración de secta. Yolanda Díaz habrá de superar esto para que su proyecto triunfe. El aspecto positivo es el de insuflar a esa iniciativa las dosis de utopía y esperanza que requiere todo comienzo. Hay muchas izquierdas nacionalistas que no van a querer sumarse y, entre ellas, ya se ha pronunciado Adelante Andalucía, que se niega a participar en ningún proyecto estatal porque la colocaría en una posición de sucursalismo, que detesta. Ignora que hay males mayores, la desaparición. Con la misma suerte que la plataforma andalucista de Más País.
El quid de la operación va a estar en la posición de Podemos. Apoya y recela. Sin duda es la fuerza mayoritaria de esa posible plataforma. Podemos le llama Frente Amplio, al estilo latinoamericano.
Tienen claro que, para defender su espacio político, deben subrayar como argumento que “Mientras el PSOE sea la primera fuerza, los avances en derechos van a ser más lentos”. El sorpasso al PSOE no está, sin embargo, en el panorama, pero cualquier apuesta electoral es de ambición en la victoria. Monedero, Belarra, Iglesias, Montero y los demás dirigentes apoyan a Yolanda Díaz también por conveniencia propia, dada la necesidad de reforzar la situación actual de Podemos e Izquierda Unida, que no es boyante en los sondeos. Los recelos están a la vuelta de la esquina. Hay previsto un acto con Ada Colau, Mónica Oltra y Mónica García, sin Podemos. Yolanda quiere aglutinar nuevos sectores sociales y referentes de la sociedad civil. Pero la formación de las listas y sus cabeceras, las siglas, los porcentajes de los asociados en las distintas nacionalidades y regiones implica que queda aún mucha tela por cortar.