El alcalde puso la puntillita. “Este desfile tiene poco que envidiar al de la Pasarela Cibeles”, dijo Pedro Rodríguez, y el público, formado por decenas de onubenses de todas las edades y los dos sexos lanzó una sonora carcajada porque, sobre todo, habían venido a pasárselo bien.

Y así fue, a tenor de lo vivido ayer en el Gran Teatro de la capital onubense, donde más de 200 personas, la mayoría del colectivo de mayores, desfilaron los modelos que durante todo el año habían creado en 30 talleres de Cultura en los Barrios impartidos en asociaciones de vecinos de toda la ciudad.

Las manos que hay detrás de los vestidos, los trajes de flamenco, trajes de noche y hasta disfraces de Carnaval son, sobre todo, de personas mayores, que encuentran en esta actividad una forma para aprender costura pero, lo más importante, con la que relacionarse con sus vecinos, compartir momentos y crear un hábito que les ayude a sacarle de la rutina.

Del proyecto, la concejal de Mayores, Juana Carrillo, ha destacado “la importancia de poner en valor, mediante actos de este calibre, la creatividad de las personas que trabajan en el seno de las asociaciones vecinales y centros de mayores”.
Con este desfile, además, se pretende romper los estereotipos de las pasarelas donde sólo suelen verse jóvenes con figuras idealizadas por las grandes marcas de ropa.

El presentador del desfile fue Manuel Maestre, técnico de la Concejalía del Mayor del Ayuntamiento, y al mismo asistieron las monitoras de estos talleres, Cinta Hernández, Isabel Tejada, Pepi Morales, Pepi Santana, Josefi Piosa, Isabel Martín, Herminia Callejas y Joaquina Quintero.

Ellas fueron las encargadas de explicar los modelos que se presentaron.