Williamson desequilibró el partido en los minutos finales, (1-3)

—cádiz b—Juanfer, Pecci, Tiri, Rubén Díaz, Poli (Antonio, m.80), Juanito, Fran, Dieguito, Rubén Pérez (Javi Catalán, m.57), Lolo Armario (Robert, m.46) y Diego García.
—jerez industrial—Lumley, Wynter, Lampe, Richards, McCashin, Williams, Lynch (Fergus, m.76), Williamson, Valtierra (Thomson, m.66), Burge y Woolfe (Juanse, m.66).
Árbitro: Portillo Raigón, de Sevilla. Amonestó con tarjeta amarilla a los locales Poli y Juanito.
Goles:
0-1 Burge (m.29)
1-1 Fran (m.46)
1-2 Williamson (m.88)
1-3 Robert, en propia meta (m.93)
Incidencias: Partido correspondiente a la cuarta jornada del Grupo X de Tercera División disputado en el Campo Manuel Irigoyen de la Ciudad Deportiva Bahía de Cádiz ante unos 400 espectadores, con importante presencia de aficionados industrialistas. Mañana soleada y terreno de juego en malas condiciones.
del hoyo/de la vega/revaliente
puerto real/jerez
El Jerez Industrial doblegó al Cádiz B en la recta final del encuentro. Bien por los desajustes defensivos de los de Ángel Oliva, algo no muy normal con el ex cadista en el banquillo, un técnico que gusta de la eficacia de sus conjuntos, bien porque el Jerez Industrial jamás dio el encuentro por perdido y se mostró tremendamente combativo y tuvo en Williamson a su hombre milagro, ya que en el minuto 88 hizo el 1-2 y posteriormente buscó el tercero, aunque éste llegó en propia meta y marcado por un jugador del filial cadista.
Desde el primer minuto el partido daba síntomas de lo que iba ser. Los numerosos despistes defensivos propiciaban continuas llegadas de peligro a ambas porterías que agradecían los aficionados de uno y otro equipo. Dentro de los quince minutos iniciales se contabilizó hasta tres ocasiones claras en cada portería, incluido un remate al larguero de Rubén Pérez, junto con Dieguito, la principal novedad en el once titular local.
No sabemos si por esa especie de embrujo que produce el fútbol británico entre los jóvenes o por el desparpajo de los industrialistas, el asunto es que los chavales del Cádiz B fueron perdiendo la intensidad y hasta la concentración, sobre todo en la zona defensiva. Fruto de esa caraja se adelantaría el equipo jerezano en el marcador a la media hora, a raíz de una extraña jugada en la que la suerte se uniría a los ya clásicos errores defensivos del filial. Una contra por la izquierda del ataque jerezano es rematada a placer por Burge aprovechando los sucesivos rechaces y malos despejes de la defensa . El 0-1 dio pie a los peores minutos del filial amarillo en mucho tiempo, sobre todo por una defensa que se fue inexplicablemente del partido propiciando que los visitantes pudieran sentenciar el match con un resultado de escándalo. Valtierra, Woolfe, el goleador Burge y Lynch contaron con ocasiones clarísimas para golear a un Cádiz B que en esos instantes era un juguete en manos de un equipo que más bien parecía el Arsenal, el Manchester o el Chelsea. Sin embargo, los boys de la Academia Glenn Hoddle demostraron que tienen una asignatura pendiente con la definición y, milagrosamente, se llegaría al descanso con el 0-1 y mucho trabajo para el manager Ángel Oliva.

a punto de perder
Pero las leyes del fútbol no conoce de fronteras ni idiomas y hay dichos que son universales. Uno de ellos es el que afirma que el que perdona, lo paga. Así fue. En la primera jugada de la reanudación, una buena triangulación del ataque amarillo acaba en las botas del killer Fran que bate la portería de Lumley con un remate inapelable desde el interior del área. No se había cumplido ni el primer minuto de la reanudación y el partido adquiría una nueva dimensión.
A partir de ese momento, el juego se igualó y los chicos de Quique Caballero ya parecían más jugadores de Tercera División que estrellas de la Premier League, gracias sobre todo a que los jóvenes de la Academia de El Rosal ya no les dejaban jugar con tanta comodidad. En este sentido, se notó el cambio realizado por Ángel Oliva en el descanso introduciendo al central Robert en lugar de un desacertado Lolo Armario, lo que trasmitió, al menos inicialmente, mayor tranquilidad y confianza a la defensa del filial.
Fueron los mejores minutos de todo el partido para el Cádiz B que incluso pudo adelantarse otra vez por mediación de Fran que no consiguió engatillar el balón aéreo que le llegaba desde la derecha cuando lo tenía todo a su favor para batir al meta industrialista. A la media hora de la segunda parte, tuvo el equipo cadista otra oportunidad, otra vez en el lanzamiento de una falta que se paseó por el área pequeña sin que encontrara rematador.
Con los cambios en ambos equipos la igualdad se fue adueñando del choque y apuntaba claramente al empate final pero incomprensiblemente reaparecieron los errores defensivos en la zaga cadista. A falta de dos minutos para que se cumpliera el tiempo reglamentario, el central Robert no puede, de forma inexplicable, despejar un balón aéreo sin aparente peligro ante la presencia de Williamson, quien no desaprovechó el regalo y sólo tuvo que tocar la pelota para superar la salida desesperada de Juanfer. Sólo faltaban dos minutos para el tiempo reglamentario y, aunque Fran pudo empatar poco después, el encuentro moriría con un tercer gol del equipo industrialista, marcado en propia puerta por Robert aunque en esta ocasión el regalo vino con anterioridad de la desidia de Pecci y con Williamson otra vez de por medio.
En definitiva, el Cádiz B cae derrotado por primera vez en la temporada en El Rosal pero dando una imagen muy preocupante, sobre todo en defensa, donde mucho tendrá que trabajar Ángel Oliva para evitar que se repita la bochornosa imagen. Con esta derrota, la segunda consecutiva, el filial abandona la parte alta de la tabla clasificatoria y se acerca peligrosamente a las posiciones de peligro, un lugar que tal vez sea más acorde a las posibilidades de este equipo, mientras que el Jerez Industrial se coloca ya con siete puntos, merced a sus triunfos ante el Algeciras y ante el Cádiz B en El Rosal y al empate de la semana pasada ante el Conil en las instalaciones de La Juventud. Buenos números para un equipo que tiene que ser más eficaz en ataque.