González-Páramo, que participó en unas jornadas sobre las nuevas normas de solvencias conocidas como Basilea III, precisó que España debe tomar medidas “con implicaciones en gastos de pensiones, sanidad y en las relaciones entre gobierno central y regionales”. A este objetivo también contribuiría -añadió- un “mayor dinamismo del mercado laboral”.
A su juicio, estas líneas de actuación aumentarán las posibilidades de convencer a los inversores de que las capacidades de crecer de la economía española son razonables y dejó claro que “cualquier refuerzo de la política económica que aumente la credibilidad de un país y refuerce las expectativas de crecimiento futuro más dinámico, y de la sostenibilidad de la deuda” contribuirá a afianzar la situación de España.
Sobre el posible rescate financiero a Irlanda se limitó a recordar que las autoridades irlandesas han admitido la necesidad de ayuda externa y a insistir en que en ese país hay equipos de la Unión Europea (UE) y del Fondo Monetario Internacional (FMI) para analizar las necesidades de reestructuración, en particular del sector bancario.
Preguntado por si la ayuda a Irlanda contribuiría a limitar las tensiones o simplemente las trasladaría a otros países, recordó que en mayo se crearon mecanismos para garantizar la estabilidad financiera en el área del euro, objetivo que se mantiene.
“El resto está en manos de las autoridades nacionales” mediante el fortalecimiento de su política económica, dijo.
Durante su intervención, González-Páramo aseguró que los países de la UE menos vulnerables, entre los que citó a Alemania, Austria o Finlandia, son los menos expuestos a la financiación de los mercados internacionales.