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Brasil y España en la solución de Cuba

El final de la era de George W.Bush y el advenimiento de Obama a la Casa Blanca promete profundos cambios geoestratégicos en medio de una crisis que también va a modificar los comportamientos socioeconómicos de la globalización...

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El final de la era de George W.Bush y el advenimiento de Obama a la Casa Blanca promete profundos cambios geoestratégicos en medio de una crisis que también va a modificar los comportamientos socioeconómicos de la globalización. América Latina no es una excepción y el liderazgo firme pero discreto de Luis Iznacio Lula da Silva empieza a dar frutos insospechados.

El primero de ellos, la integración de Cuba en los foros Latinoamericanos como una firme advertencia a Estados Unidos de que la era del aislamiento de Cuba como política de castigo a la revolución cubana ha terminado.

En este momento están funcionando discretamente unas diplomacias triangulares que caminan en la dirección de facilitar los cambios anunciados por Raúl Castro hace más de un año. Los vectores de esta triangulación son precisos: de una parte, el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero ha conseguido, después de un largo proceso, enmendar las políticas de José María Aznar, con el cambio de la posición común europea desde un aislamiento de Cuba, calcado de la estrategia norteamericana, a una colaboración crítica con el Gobierno cubano.

Eso le permite a la Unión Europea a través de España una posición de interlocución con el sistema cubano de carácter excepcional en este momento. La posición diplomática española no es incompatible sino complementaria con la adoptada desde hace tiempo por Brasil que está convencido de que un acercamiento a Cuba y su integración en los foros internacionales provocará dos efectos: una apertura del sistema cubano por contaminación del clima continental latinoamericano, en donde no existen ahora mismo más que democracias parlamentarias, y la protección de Cuba frente a cualquier intento de condicionamiento o interferencia de Estados Unidos.

El tercer vector que le da esperanza a este proceso es el cambio electoral promovido en La Florida, con victoria demócrata en las recientes elecciones presidenciales, y la disposición de los emigrantes cubanos –según revelan las últimas encuestas– a un acercamiento de diálogo al Gobierno cubano junto a las ofertas realizadas por Obama de la posibilidad de diálogos a cambio de gestos de Cuba en el terreno de los Derechos Humanos.

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