Cuatro décadas después del escape de gas tóxico de una fábrica de pesticidas en la ciudad india de Bhopal que causó miles de muertos y que es considerado como una de las peores catástrofes industriales de la historia, los supervivientes de la tragedia se enfrentan ahora al surgimiento de nuevos problemas de salud, la injusticia y la contaminación de su hogar.
Pasada la medianoche del 2 de diciembre de 1984, una fuga incontrolable de unas 40 toneladas de isocianato de metilo provenientes de la empresa de pesticidas estadounidense Union Carbide, que contaba con una planta de fabricación en Bhopal, sumergió la ciudad en un páramo toxico y letal.
De acuerdo con las asociaciones de víctimas, en el conocido como desastre de Bhopal, o directamente a causa de sus devastadores efectos, murieron 25.000 personas, sin embargo, el Gobierno indio sólo ha reconocido a 5.295 víctimas mortales.
"El desastre continúa de muchas maneras, incluso 40 años después de que ocurriese", dijo a EFE el activista Satinath Sarangi, que participa en varias organizaciones y espacios destinados a la gestión del desastre.
Según un informe publicado ayer por la clínica Sambhavna Trust, que Sarangi fundó en 1996 para proveer de servicios médicos a los afectados, la prevalencia de enfermedades respiratorias y de trastornos de salud mental entre las personas afectadas por el escape de gas ha sido alta desde que se tienen registros, pero nuevas enfermedades como el cáncer, la diabetes o las dolencias asociadas a la hipertensión también están aumentando en Bhopal.
En el caso de la diabetes, el número de casos se multiplica por cinco entre las personas que estuvieron directamente expuestas al escape.
Los casos de hipertensión se multiplicaron por tres, y los de trastornos neurológicos como la hemiplejía o la neuralgia, son cuatro veces más comunes, según los datos de Sambhavna Trust.
"Después de cuatro décadas hay mucha personas que muere de manera prematura porque estuvieron expuestas (al escape) cuando eran niños, y también hay 150.000 personas que viven cerca de la fábrica y que padecen diversas enfermedades crónicas", aseguró Sarangi.
Incluso, "la segunda generación parece tener problemas en sus sistemas inmunológicos, alergias enfermedades renales o problemas de salud menstrual entre las niñas", detalló el fundador del Sambhavna Trust.
Aziza Sultan, una de las supervivientes de la tragedia junto a sus dos hijos, relata en su testimonio documentado por la clínica Sambhavna Trust, y compartido con EFE, los problemas de salud que le han afectado a lo largo de las últimas cuatro décadas.
Quemaduras, inflamación, irritación en los ojos, quemazón en el estómago, falta de apetito, vómitos, fatiga o debilidad general fueron algunos de los síntomas que ella y sus hijos han experimentado en algún momento a lo largo de las últimas cuatro décadas.
Además de los problemas de salud, la incertidumbre en el plano legal y de asunción de responsabilidades sobre la tragedia sigue afectando a quienes vivían en Bhopal en el momento de la fuga.
Los activistas y las víctimas han denunciado la falta de compensaciones adicionales a las definidas en una acuerdo judicial firmado por el Gobierno y la química Union Carbide en 1989.
"La gente no ha obtenido ningún tipo de alivio judicial porque nadie ha ido a la cárcel ni un solo minuto después de cuarenta años", afirma Sarangi a EFE.
Aunque ocho directivos de la compañía norteamericana fueron condenados a dos años de prisión el 7 de junio de 2010, con una fianza de 2.500 dólares en cada caso. Ninguno cumplió ni un segundo de cárcel.
Union Carbide, la empresa propietaria de la fábrica de pesticidas de Bhopal, fue comprada por la también estadounidense Dow Chemical, que de nuevo se fusionó con otra compañía del sector químico en 2015, dando lugar a la empresa Dow DuPont, que rechaza su responsabilidad en la contaminación de los suelos y las aguas subterráneas de Bhopal.
Un caso que Amnistía Internacional (AI) ha calificado de ejemplo de racismo ambiental, denunciando específicamente a las instituciones y empresas que no han pedido a Union Carbide y sus herederos la rendición de cuentas y reparaciones.
Cuarenta años después, los afectados continúan recordando cada año, y en todos los momentos de su vida, lo ocurrido cuando pasaban dos minutos de la medianoche del 2 de diciembre en Bhopal.
Aziza Sultan y su familia se habían acostado después de ver una película en su televisor recién estrenado. Media hora después de la fuga, la tos de su hija la despertó cuando ya estaba acostada, siguieron horas, semanas y años de horror en una tragedia que aún perdura.