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Andalucía

El acusado de matar a la suegra confiesa el crimen, pide perdón y se duerme en la sala

Se ha quedado dormido frente al jurado popular que le enjuicia, mientras la que era su pareja, también acusada, relataba que él la maltrataba

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  • La Audiencia Provincial de Madrid celebra el juicio a Emilio 'el Loco' -

El acusado de matar a su suegra en la localidad madrileña de Chapinería en 2020 ha vuelto a confesar el crimen, ha dicho que se arrepiente y luego se ha quedado dormido frente al jurado popular que le enjuicia, mientras la que era su pareja, también acusada, relataba que él la maltrataba y dedujo que había matado a su madre pero no podía denunciarle por miedo.

La Audiencia Provincial de Madrid ha finalizado este viernes el juicio con jurado a Emilio R.M., y a África F.C., hija de la fallecida, acusados de la muerte de María Luisa Camacho, de 72 años, y del descuartizamiento del cadáver, que fue hallado en un paraje del pueblo a principios de agosto de 2020.

El primer acusado reconoció lo hechos tanto ante la Guardia Civil como ante la jueza que instruyó la causa, explicando que fue él el que mató a su suegra y luego troceó y escondió el cuerpo, ya que la anciana quería echarles a él y a su novia de su casa. Exculpó del crimen a su novia, hija de la fallecida.

La Fiscalía pide 18 años de cárcel para Emilio y en cambio solicita el archivo de la causa para África, ya que al ser entonces la novia del procesado no se le puede imputar un delito de encubrimiento de asesinato, en virtud del artículo 454 del Código Penal.

La vista de este viernes ha comenzado con la declaración de Emilio, quien ha contestado brevemente a preguntas de su letrado, reconociendo que mató a su suegra y que se arrepiente de todo.

"No me entra en la cabeza cómo pude hacerlo", ha añadido ante el jurado popular, tras lo que se ha sentado junto a su letrado y a los pocos minutos se ha quedado dormido en la silla.

Allí ha permanecido hasta que en un receso de la vista el personal de seguridad le ha acompañado al baño, y al acabar la sesión su abogado le ha ayudado a abandonar la sede judicial, visiblemente adormilado, sin que se haya precisado si está enfermo, afectado por alguna medicación o si su estado se debe a otros motivos.

A continuación ha declarado África, quien ha asegurado que no participó en el crimen, del que no supo ni sospechó nada hasta varias hora después de que ocurriese: cuando el 24 de julio se despertó y vio que su madre no estaba en la casa.

La última vez que vio a su madre fue la noche anterior, cuando los tres bebieron hasta tarde en la vivienda de la anciana, a la que se había ido a vivir la pareja, y ella se fue a dormir dejando a su novio y a su madre "contentos, tocando palmas", sin imaginarse "en la vida que pudiera pasar eso".

Al levantarse al día siguiente no vio a su madre, se preocupó y le preguntó a Emilio si él sabía dónde estaba, y él le dijo que se habría ido a Madrid.

África empezó a sospechar que podría pasar algo malo, y le preguntó a Emilio por qué había una sábana que cubría el sofá, y él le dijo que la mujer se había hecho pis.

Ha recordado que su novio parecía "muy enfadado" cuando ella le preguntaba, y ella tuvo miedo de él porque solía maltratarla, y de hecho él tenía una orden de alejamiento sobre ella.

Con el paso de las horas ella sospechó que su novio había matado a su madre "pero no podía denunciarle por miedo". "Me mataría; yo habría muerto igual", ha dicho visiblemente emocionada.

A principios de agosto vio en las noticias que había aparecido el cuerpo de una mujer cerca de Chapinería, y supo que era su madre y le dio un ataque de ansiedad.

"Tenía no miedo, sino terror", ha asegurado, explicando que le contó a su hermana y a una amiga lo que sospechaba.

En esta sesión las partes han elevado a definitivas sus conclusiones, de manera que la Fiscalía ha pedido que el primer acusado sea condenado a 18 años de cárcel y que la mujer sea exonerada como encubridora.

La acusación particular solicita prisión permanente revisable para los dos acusados, al entender que ambos participaron directamente en el asesinato de una persona especialmente vulnerable.

La defensa de Emilio sostiene que sea considerado autor del crimen pero eximido de responsabilidad debido a la psicosis que padeció, mientras que la defensa de África pide que sea absuelta porque ella no cometió delito alguno. 

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