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Indignos, indignantes e indignados

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Está más que comprobado que hoy día y desde hace ya algún tiempo; yo diría que desde que José María Aznar tuvo que dejar la Presidencia del Gobierno, poco a poco y sin pausa se fue aumentando el número de indignados por muy diferentes motivos y razones. Lo que pasó que a nadie se le ocurrió agruparlos, organizarlos y dirigirlos. Así de sencillo. Ahora ya lo están pero no del todo porque me parece que se le cuelan en sus filas elementos revoltosos, conspiradores y perturbadores que vienen a joder la marrana. Yo me entiendo, fastidian a los verdaderos indignados haciéndolos confundir ante el propio pueblo por un lado y hace que se sospeche si no serán los indignados un grupo de alborotadores camorristas encubiertos con máscaras de jóvenes sensatos, por otro. Cosa que no creo.
En su mayoría son chicos que aprovecharon en su momento las facilidades que el actual sistema puso a su alcance para estudiar y diplomarse o licenciarse en una carrera universitaria. Pero estos doctores en medicina, ”ateeses”, enfermeros, arquitectos, marinos mercantes, peritos, contables, mecánicos o especialistas de múltiples oficios al cabo de equis años –muchos- aún no han encontrado su primera oportunidad para trabajar, en muchos casos por no tener una “experiencia”. ¿Verdad que aquí falla algo? Verdad que es para estar indignados y más cabreados que un toro abucharado. Hombre sí, estos chicos ya no son tan chicos, tienen su corazoncito y están hasta los huevos que los manipulen, los engañen y lo que es peor sometiéndolos al mal ejemplo vivo de la corrupción en políticos, del abuso con los “ere”- donde han visto un filón inagotable para llevar a sus hogares, aparte de los suculentos sueldos que suben más que bajan a su antojo otras supuestas “ayuditas”
Pero el arriba firmante está también indignado por muchas causas. La causante de mi última indignación ha sido que algún socialistas ahora ha dejado entrever hacer desaparecer las Diputaciones por que estas “no sirven para nada”. Lo que me exaspera es porqué no han dado dicho paso cuando ellos han estado en la presidencia de muchos de estos estamentos. Lo siento pero yo no puedo permitirle a ningún político tamaña cara dura. Por Dios, cuando menos deje pasar unas semanas que nos olvidemos que ocuparon la presidencia de las Diputaciones incluso décadas y que estuvieron dirigiendo, más bien haciendo el tonto –a costa de todos nosotros- en una entidad que no “servía para nada”, que puede hasta que sea verdad. Pero. Por ejemplo el último Presidente por Cádiz –González Cabañas-bien que ha querido aferrarse al sillón a costa de lo que fuere. Hijos de Satanás, nidos de serpientes. No puedo admitir tamaña sinvergonzonería. No es para estar indignados es para tener la sangre repleta de encono y animadversión. Que me perdone Dios, yo jamás he sido así, os lo juro. Maldita cochambre de país.
Para contentarnos emplean múltiples cortinas de huno que nos entretienen y hace que dirijamos nuestra atención a supuestos casos y situaciones que no tienen nada que ver con el paro obrero actual, se habla del supuesto copago de la Seguridad Social, de una revolución en el sistema de pensiones, entre otras muchas. Hay políticos de gran prestigio, otros sacados de los bazares de todo a cien y los más como palmeros. Todos son los indignantes que son los que provocan la irritación de los “indignados”.

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