La canciller alemana, Angela Merkel, y el presidente francés, Nicolas Sarkozy, prometieron este domingo lanzar antes de fin de mes una "solución duradera" para atajar definitivamente los problemas de capitalización de la banca europea y la crisis de la deuda griega.
El órdago del eje franco-alemán, un "paquete completo" de medidas del que no dieron detalles, incluye "más integración" económica, más mecanismos anticrisis y la reforma de tratados comunitarios, todo dentro de una "nueva visión" europea, en la que "Grecia es parte de la eurozona" de forma indiscutible.
"Alemania y Francia colaboran estrechamente para asegurar la estabilidad financiera de la eurozona. Vamos a encontrar una solución duradera", aseguró Sarkozy en la rueda de prensa que precedió a su encuentro en Berlín.
El objetivo principal de ese conjunto de medidas será la "necesaria" recapitalización del sector bancario europeo, en palabras de Merkel, lastrado por la tenencia de deuda soberana de los países europeos más endeudados.
"Estamos determinados a defender y apoyar a la banca porque esto es fundamental para dar una salida sólida y duradera a la crisis de la deuda", enfatizó Merkel.
La iniciativa franco-alemana contemplará "un suministro de crédito razonable" para las entidades con problemas, apuntó la canciller, aunque no quiso ahondar en el formato definitivo del mecanismo de ayudas, una cuestión que separa a París y Berlín.
Merkel ha reiterado en los últimos días que sólo como última opción debe recurrirse al reforzado fondo europeo de rescate FEEF como instrumento de recapitalización bancaria, ya que considera que en primer lugar deben recibir asistencia nacional.
Por su parte, Francia apuesta por emplear en primer lugar el FEEF, ya que teme que la gran exposición de su banca a la deuda soberana griega horade su calificación crediticia "AAA".
"La recapitalización de los bancos se va a llevar a cabo. La economía necesita financiación. El crecimiento necesita financiación", zanjó Sarkozy, que subrayó que Francia y Alemania mantienen "posiciones comunes" en "todo los temas".
Con respecto a la situación de Grecia, ambos líderes abogaron por esperar al nuevo informe de la troika -formada por el Fondo Monetario Internacional (FMI), el Banco Central Europeo (BCE) y la Comisión Europea (CE)- que analiza las cuentas públicas del país y que se hará público el 24 de octubre.
Esa cautela no está reñida, sin embargo, con su certeza de que la solución pasa por que "Grecia siga siendo parte de la eurozona", destacó Merkel.
"Tomaremos las medidas que sean necesarias", indicó por su parte el presidente galo.
En cuanto a la reforma del FEEF, la canciller se alegró en nombre de ambos líderes de su "pronta ratificación" parlamentaria por parte de todos los países involucrados, pese a que aún está en el aire la decisión definitiva del legislativo de Eslovenia.
Además, la canciller aseguró que en los próximos días Francia y Alemania lanzarán "nuevas propuestas" para trabar aún más la Unión Europea (UE), incluidos "cambios en los tratados", unas reformas que el presidente francés calificó de "significativas".
Ambos líderes tienen previsto concluir su plan para final de octubre, una vez que traten sus propuestas con el resto de "socios" comunitarios y con los "mercados", y resuelvan el "trabajo técnico", explicó Sarkozy.
En este período de tiempo se celebrarán además la reunión de ministro de Finanzas del G20 (París, 13 y 14 de octubre) y la cumbre de líderes de la UE y la eurozona (Bruselas, 17 y 18 de octubre).
Así, el próximo 3 y 4 de noviembre la UE podrá cumplir con su "responsabilidad", dijo Merkel, y explicar en la cumbre de líderes del G20 (Cannes, 3 y 4 de noviembre), su respuesta definitiva a la crisis.
"Sabemos el camino", afirmó Sarkozy, pese a que reconoció que "aún" no han logrado cerrar "los detalles" de su ambicioso programa común.
La credibilidad que van a conceder los mercados financieros a esta "solución duradera" del eje franco-alemán se podrá analizar a partir de mañana, cuando abran los volátiles mercados bursátiles del viejo continente.