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Miércoles 03/07/2024  

¿Puede quebrar California o España?

Poco a poco vamos adentrándonos en esta larga crisis. La política informativa del Gobierno ha sido, desde los inicios, procurar mantener el optimismo de la población y su confianza en el futuro. Es muy discutible que esa sea la mejor política, pero es la que hay. En consecuencia, se ha negado la gravedad de la situación y se han proporcionado previsiones que siempre han resultado, naturalmente, optimistas. No podía ser de otra manera.
Si se dijo que afirmar que había una crisis no era de patriotas, pocos meses después estábamos en la mayor crisis que ha vivido nuestro país desde 1974. Si se dijo que el sistema financiero español era una maravilla, la noticia de la semana es la posible intervención de CajaSur de Córdoba, tras la de Castilla-La Mancha, y previa a la de X, y la de Y, y a la de etcétera.

En fin, más allá de que nos guste o no la política informativa del Gobierno, conviene pensar en aquellos escenarios que el propio Gobierno ve imposibles; hay que estar preparado para lo que pueda ocurrir.
¿Y usted cómo sabe qué es lo que va a ocurrir?, me preguntarán. No lo sé, pero sí se qué puede ocurrir. Basta mirar a otros sitios donde la crisis haya comenzado antes y que reúnan características semejantes a la española.
Es muy interesante para los españoles lo que está ocurriendo en California a partir de las elecciones de esta semana. La constitución del estado de California (sí, tiene una constitución) presenta ciertas particularidades que lo hacen ingobernable en esta coyuntura. Así, la aprobación de los presupuestos requiere una mayoría de dos tercios de las cámaras de diputados y senadores estatales. Además, cualquier incremento de los impuestos requiere esa misma mayoría. Por otra parte, hay una tradición de realizar referéndum que legislan sin que las cámaras puedan impedirlo. A eso se suma el hecho de que la mayoría de los que se molestan en votar en las legislativas son republicanos.

En resumen, mientras la población vota incrementar los gastos, los legisladores impiden aumentar los impuestos. Con lo que se va a un déficit público creciente que hay que financiar con una creciente deuda. En consecuencia, California tiene la peor calificación crediticia de los 50 estados.

¿Cuál es el problema que va a tener España en los próximos años? Todos sabemos que la situación fiscal española anterior a la crisis era saneada y que el nivel de deuda pública era más que aceptable. Todos sabemos ahora que la crisis va a cambiar esta situación. No se mantiene la paz social con más de cinco millones de parados y un 10% de la población inmigrante sin gastar un dineral; pero el Estado no está recaudando lo suficiente por la crisis. Ya nos han rebajado la calificación crediticia y pagamos por nuestra deuda mucho más que Alemania.

Si esta crisis es corta, como afirma el Gobierno, no hay problema. Pero visto su político optimismo, más vale escuchar a los economistas profesionales que auguran un cercano final del empeoramiento (¿finales del 2010?), pero una larga época hasta que se pueda volver a niveles de paro inferiores al 10%.
¿Y en qué se parece California a España? Ambas tienen un creciente déficit público, a ambas les han rebajado la calificación crediticia, ambas tienen una creciente deuda, ambas tienen dificultades en llegar a acuerdos bipartisanos, ambas tienen una constitución que las engolfa en el problema, ambas tienen una soberanía limitada y ninguna de ellas tiene moneda propia.

Es interesante observar el debate en los EEUU sobre esta cuestión y el debate español. Esta semana un artículo en el New York Times cuestionaba, tranquila y fríamente, la alternativa de declarar la quiebra del estado de California. Y como se cuestionaba fríamente y con bastante antelación, se podían ver los pros y los contras sin histerias; en concreto, el autor desaconsejaba esta vía. Al final, su alternativa era ayuda del gobierno que exigiría, como contrapartida un plan de vuelta a la realidad y de presupuestos balanceados.
Pero, lo que es más interesante en el debate es que se discute tranquila y fríamente, el hecho de que uno de los factores importantes es un sistema constitucional mal diseñado. Y, por tanto, la necesidad de cambiar una constitución que lleva al estado a esta situación. Si no funciona la constitución, se cambia. Al fin y al cabo, la Constitución de los Estados Unidos se ha cambiado 27 veces, ¿no?
Y en España, ¿de qué se debate?

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