La hermandad de Nuestra Señora del Rocío de San Fernando, que este año celebra su décimo aniversario fundacional, emprendió a primera hora de la mañana su camino hacia la aldea almonteña, para participar en una romería a la que acude por cuarto año consecutivo con la carreta con el Simpecado de San Fernando.
A las nueve de la mañana comenzaba en la iglesia de la Sagrada Familia la misa de romeros, muy concurrida y celebrada por el párroco y director espiritual de la hermandad, Pedro Velo González. Una decena de caballos precedía el banderín de San Fernando, a la espera de que esta mañana se unan muchos más para cruzar el río Guadalquivir y caminar por las arenas del Coto de Doñana.
Accidente del hermano mayor
A la salida de la hermandad todos los recuerdos eran hacia la figura de Alejandro López Corral, hermano mayor de la hermandad, que en la noche del sábado resultó accidentado tras caer de una escalera, cuando manipulaba el soportal de la iglesia de la Sagrada Familia para que la carreta de la hermandad pudiera entrar en el templo. Como consecuencia de esta caída, el hermano mayor hubo de ser trasladado de forma urgente a un centro hospitalario, donde se le diagnosticó fractura de la clavícula, de la muñeca y fisura en la cadera, por lo que permanece inmovilizado, estando pendiente de una intervención quirúrgica en el día de hoy.
Con los rezos por su pronta mejoría, se avanzaba por las calles isleñas, aunque no faltaron los sustos, ya que una de las bateas que acompañaban la carreta del Simpecado, sufrió el reventón de una rueda, cuando la comitiva pasaba junto al monumento a las Tres Marinas, en el Parque Almirante Laulhé. La batea continuó y fue reparada antes de salir de San Fernando camino de Sanlúcar.
Muchos rocieros se lamentaban de la mala suerte, pero no perdían la esperanza de iniciar un nuevo camino para agradecerle a la Virgen del Rocío poder acudir un año más a la esperada cita de Pentecostés.
Bueyes tiraron por primera vez de la carreta
La carreta del Simpecado fue tirada por dos grandes bueyes del Rancho del Toreo, que sorprendieron sobre todo a los escolares que salieron a la calle para despedir al Simpecado isleño.
Las grandes bateas que acompañaban la carreta con el Simpecado se tuvieron que quedar en la calle colegio Naval Sacramento, junto al colegio de la Compañía de María, ante la imposibilidad de acceder a la calle Real. Pero esta dificultad también la encontraron los rocieros, que tuvieron que retirar unas vallas que impedían el paso a la plaza General Pidal, para poder acceder hasta un tramo de la calle Real, para llegar hasta la iglesia del Carmen, donde la hermandad se despidió de la Patrona isleña, la Santísima Virgen del Carmen Coronada. Ante la imagen de la Virgen del Carmen se rezó el ángelus y se realizó la anual ofrenda a la Patrona.
La carreta regresó sólo acompañada por romeros a pie hasta las inmediaciones del colegio de la Compañía de María, donde la esperaban las bateas y decenas de escolares del colegio, que quedaron sorprendidos con los bueyes que tiraban de la carreta del Simpecado. Desde ahí accedió por la calle Almirante Faustino Ruiz a la calle Real, donde la esperaban alumnos del colegio Miramar con pancartas e incluso con una pequeña orquesta de flautas que interpretó la salve rociera, en un extraordinario detalle del centro. La caravana rociera acabó alcanzando la parte transitable de la calle Real, si bien encontró alguna dificultad en la zona actualmente en obras, donde las dimensiones de las bateas obligaron a retranquear algunas vallas y a sujetar otras para que no cayeran al suelo.
No faltó la despedida de San José, Patrón de San Fernando, en la iglesia Mayor parroquial, desde ahí, la caravana rociera avanzó hasta el recinto ferial de La Magdalena, donde se celebró el primer rengue y donde hubo degustación de tortillitas de camarones, ofrecido por las mujeres salineras.
Noche en Sanlúcar de Barrameda
Los sones rocieros de la flauta y del tamboril despidieron a la hermandad isleña, que pasadas las cinco y media de la tarde partió hacia la playa de Las Piletas en Sanlúcar de Barrameda, donde tenía previsto pasar la primera noche. La hermandad de San Fernando cruzará el río Guadalquivir a las doce del mediodía de mañana. La hermandad celebra su décimo aniversario y lo hace con más romeros y bateas que nunca. La devoción rociera está creciendo a pasos agigantados en La Isla, hasta el punto de que además de los cientos de romeros que acompañaban a la carreta, el próximo sábado se sumarán otros tantos, con motivo de los más de 5 autobuses que parten llenos hasta la aldea, para participar del acto de presentación, ya en la media noche del sábado.
Los romeros isleños iniciaron un nuevo camino bajo la dirección del vice hermano mayor, Juan Pérez, que espera un camino sin incidentes.
La hermandad de San Fernando, filial número 4, es acompañada además por el Coto de Doñana junto a la asociación rociera de San Roque, con la que ha estrechado grandes lazos de unión. Los romeros isleños ya están en Sanlúcar y esperan llegar el jueves a la aldea del Rocío.
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