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La escritura perpetua

Corrosivo Orton

La obra se basa en unos diálogos sorprendentes, ocurrentes, que construyen magistralmente una realidad imposible pero que resultan perfectamente creíbles para el espectador que inmediatamente acepta el juego del teatro

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Lo que vio el mayordomo’ es una farsa transgresora, vibrante y divertidísima, escrita con unos diálogos brillantes, ocurrentes y envenenados, por Joe Orton. Se ha reestrenado en el teatro Infanta Isabel de Madrid como homenaje a Tomás Gayo, actor, dramaturgo y productor teatral que falleció en 2012 cuando trabajaba en este proyecto.
   ‘Lo que vio el mayordomo’ se fundamenta en la escritura, en el pulso artístico de Joe Orton, un dramaturgo excepcional que se sintió atraído simultáneamente por el éxito y por el malditismo. De ambas cosas disfrutó en la vida y lo condenaron a la muerte. Escribió: “Ser joven, guapo, sano, famoso, relativamente rico y feliz es seguramente algo que va contra natura”. Disfrutó de todo ello, pero en 1967, su amante, el hombre con el que había compartido su vida, en un arranque de celos mató a Orton de 22 martillazos cuando el dramaturgo acababa de cumplir 37 años. El homicida también falleció de inmediato tras ingerir masivamente narcóticos.
     Los diálogos, decíamos. La obra se basa en unos diálogos sorprendentes, ocurrentes, que construyen magistralmente una realidad imposible pero que resultan perfectamente creíbles para el espectador que inmediatamente acepta el juego del teatro. El humor va y viene, como los actores, por esa casa con mil puertas y mala de guardar, por la que corre el engaño, el deseo sexual, el desenfreno y la farsa. Joe Orton intentó erosionar la sociedad en la que vivía a través del teatro. El humor es corrosivo, es como un gin tonic con unas cuantas gotas de ácido. Hay adulterio, drogas, cambios de sexo e incesto, descrito todo ello con una elegancia juerguista. “El vicio en sí mismo no lo lleva a uno a la ruina; la ruina llega cuando uno es descubierto”, le dice un colega psiquiatra al doctor Prentice, que se sube a la noria del delirio a partir de que tratara de abusar de su nueva secretaria. Es una de esas obras que el espectador no quiere que acaben, que le gustaría que siguieran.
     Magnífica la interpretación de Pep Munné y de Marta Belenguer, y de todo el elenco, también de los jóvenes Raúl Mérida y Carmen Barrantes. Y un autor, Joe Orton, colosal, extraordinariamente recuperado para la escena española.

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