Mercedes Benz Fashion Week Madrid ha abierto hoy su primera jornada de desfiles con un sentido homenaje a Bimba Bosé con un vídeo de fotografías de la modelo durante sus años de trabajo en la pasarela madrileña que evocaban la huella que ha dejado entre diseñadores, peluqueros y compañeros de profesión.
Momentos de Bimba en la trastienda de MBFWM, durante sesiones de maquillaje o escenas distendidas, cantando con Alaska y Mario Vaquerizo, unas imágenes entrañables de su paso por Madrid Fashion Week, que pisó por última vez el año pasado cuando desfiló para su amigo David Delfín.
Justo después de un caluroso aplauso en su memoria,
Juan Vidal ha presentado sobre la pasarela sus últimos diseños. Una colección envuelta en oro y con influencias art decó. "Una paleta brillante", comenta Vidal, en la que también goza de protagonismo el negro y el verde oliva.
"En la colección pretende ser una mezcla de culturas con referencias al modernismo, al art decó y con ciertos tintes folks", apunta el alicantino.
Mangas de una sola pieza que se expanden, cortes al bies enroscados al cuerpo, batines que viajan hasta el kimono japonés y plumas de avestruz que ahondan en el movimiento a las prendas construyen un "look" sofisticado, pero del que emerge el "déshabillé que imprime el folk", explica Vidal.
Una colección que revisita el pasado y los recuerdos, que el diseñador plasma en una confección en patchword. "Me pareció la mejor técnica para enlazar el pasado uniendo momentos de toda una vida", desvela, una forma de renacimiento de ese "viaje interior".
En el primer desfile del día, en Ifema, no han faltado rostros conocidos, entre ellos el de la modelo Giorgina Rodríguez, novia de delantero del Real Madrid, Cristiano Ronaldo.
Dejando a un lado la papiroflexia habitual en sus últimos trabajos,
Devota&Lomba construye una colección femenina de proporciones estudiadas y cuidadas con tejidos masculinos como la pata de gallo o el príncipe de gales, mientras que para el hombre propone una sastrería versátil que le invita a lucir pierna con bermudas, abrigos tipo batín o chalecos extra largos.
"Me apetecía oxigenarme, estaba un poco aburrido del origami, aunque la estética japonesa está presente", explicaba hoy Modesto Lomba, quien hace un guiño a los kimonos orientales ajustando el traje de hombre con cinturón de doble vuelta.
Una escrupulosa simetría vertebra todas sus prendas que se presentan coloreadas en tonos marrones, verdes contenidos y azules, una paleta cromática que equilibra lo masculino y femenino.
De repente, en medio de esa pulcritud, surgen jerséis de punto artesano combinado con pantalones muy anchos que juegan a ser faldas largas, una estética relajada y cálida que recuerda que vestir bien no es sinónimo de sumar.
Sobre la pasarela atrae la atención una capa conjuntada con pantalones pitillo y zapatos planos bicolor, tipo oxford, un guiño a la capa española pero con un halo japonés.
Y la raya diplomática también se vio en la firma
Ángel Schlesser, amante de las líneas depuradas, que abrió el desfile con un traje de chaqueta gris con la intención de reafirmar que sus diseños están dirigidos a mujeres urbanas de mediana edad.
Los paisajes asturianos han servido de inspiración a
Francis Montesinos, quien propone abrigos sueltos, gabardinas, cazadoras, faldas y pantalones en versión "casual", una estética ideada para el campo que invita a lucir prendas superpuestas.
Para la propuesta urbana propone gasas estampadas, lanas naturales y motivos alusivos a las vacas. "He disfrutado con el 'print' vacuno, dice el diseñador, que para la noche reserva la organza, la seda y el terciopelo coloreada en verde, morado, arena y azul noche.
Muy unido a la familia Bosé, Montesinos quiso hacer su particular homenaje a Bimba, a quien le dedicó un baile a cargo de Yolanda Osuna al final del desfile, que cerró la hermana de la desaparecida modelo, Lucía, con un vestido de novia de color negro, con un tul que le cubría el rostro, y un ramo de flores rojo cuyos pétalos lanzó sobre la pasarela.
Ion Fiz fue el encargado de cerrar la jornada con piezas para mujer y también para hombre con prendas que vestían el día, la tarde y la noche con el número 15 como bandera, el tiempo que lleva en el oficio.
Por la mañana, si
María Escoté sorprendió con una colección más "adulta y madura", cuajada de estampados geométricos y arropada con detalles masculinos,
Agatha Ruiz de la Prada prefirió prendas de fiesta con las que inyectó energía.
El estampado geométrico es el hilo conductor del nuevo trabajo de María Escoté, quien echa mano del color para hacer una costura más madura. "He utilizado el burdeos, el azul marino y el blanco, tonos que habitualmente no introduzco", explica la diseñadora catalana.
Por primera vez Escoté subió a la pasarela trajes de chaqueta, "una pieza que me apetecía trabajar", cuenta la diseñadora que reconoce que "se trata de una colección con un punto masculino, quería borrar el género".
Después Agatha Ruiz de la Prada presentó una colección como una gran fiesta, en la que las "chuches", las palomitas, los gusanitos y las tartas han sido los protagonistas.
Maya Hansen apostó por corsés en 3D junto a una colección de vestidos versátiles, "muy ponibles" con siluetas entalladas y dinámicas, en los que el corte láser se impone.