Los promotores de Sevilla Park han amenazado de forma más o menos velada al Ayuntamiento con abandonar si para marzo de 2019 no está resuelta toda la tramitación urbanística y no pueden iniciar las obras. Arguyen que tras cinco años están cansados y que no pueden esperar más. Su discurso suena a coartada justificativa de decisiones futuras o denota un preocupante desconocimiento del planeamiento urbanístico y de sus plazos.
Si llevan cinco años esperando es porque perdieron tres durante el mandato anterior creyendo ilusamente que podían iniciar las obras sin necesidad de que se modificaran tanto el PGOU como el Plan Especial del Puerto y pese a las advertencias en tal sentido de los técnicos de la Gerencia al gobierno de Zoido que, como era habitual en él, “vendía” sin fundamento expectativas en lugar de realidades. Sólo tras la llegada de Espadas se ha actuado como se debió desde el principio pero que Zoido omitió: iniciando la modificación del PGOU, la cual tiene sus procesos reglados, con aprobación inicial, informes sectoriales, alegaciones públicas… Y a ello habrá de seguir la redacción de un Plan Especial, más proyectos técnicos, de urbanización, traslado de los depósitos de CLH… Es muy difícil, pues, que las obras empiecen en un año. Que lo asuman los promotores de Sevilla Park, pero si han esperado un lustro, ya es más corto el tiempo que falta que el que ha transcurrido.