El Ayuntamiento de Cádiz celebró ayer un Pleno extraordinario para manifestar la repulsa de la Corporación Municipal a este fenómeno social
La Unidad Alerta del Ayuntamiento de Cádiz ha registrado 287 intervenciones desde enero a noviembre, de las que 69 ha concluido con la presentación de denuncia. Éste es el balance del servicio municipal de atención integral a víctimas de malos tratos en el día en el que todo el mundo se une para reclamar el fin de esta lacra social. El Ayuntamiento de Cádiz celebró ayer un Pleno extraordinario para manifestar la repulsa de la Corporación Municipal a este fenómeno social, reivindicando la unidad de todos y el trabajo conjunto para ponerle fin, y donde se dio voz a las asociaciones de mujeres, hombres, jóvenes y educadores para poner su grano de arena y luchar por que el 25 de noviembre deje de ser un día de reivindicación para convertirse en un “día de celebración”, porque se haya acabado con esta lacra. Fue una sesión plenaria inusual, en la que el Salón de Plenos se quedó pequeño. Se completó el aforo y algunas personas se quedaron fuera ante la falta de espacio. Los grupos municipales presentes en la Corporación Municipal acordaron un manifiesto conjunto como “fruto de su voluntad y compromiso en trabajar unidos para conseguir la erradicación de la violencia de género”. Dicha declaración fue leída por la alcaldesa de Cádiz, Teófila Martínez, quien resaltó que, pese a que la igualdad está recogida en la Constitución Española, hoy por hoy “no forma parte aún de la sociedad”, porque “no podemos permitir que en nuestra vida cotidiana, en nuestras familias, nuestro lugar de trabajo, de ocio, sigan produciéndose situaciones que continúan perpetuando la discriminación”. Y ello porque la sociedad “sigue consintiendo, aprobando y defendiendo el sistema patriarcal”. Se rindió homenaje a aquellas personas que han antepuesto su integridad física a la ayuda solidaria de las víctimas, a las que intentan cambiar las mentalidades opresoras y a las que trabajan por que las víctimas recuperen su libertad. Desde la Corporación se realizó un llamamiento para que la sociedad “no tolere conductas discriminatorias y sexistas”, se acabe con la impunidad de los agresores, se continúen diseñando medidas socioeconómicas que favorezcan la autonomía de las mujeres, que las administraciones coordinen sus esfuerzos y dote a las víctimas de escoltas y se habilite en diciembre el Juzgado de Violencia de Género en Cádiz. Tras las lectura del manifiesto, el movimiento asociativo tomó la palabra para reconocer que, pese a los avances logrados por la mujer, “seguimos trabajando por erradicar la violencia para ocupar el lugar que nos niegan en este sistema patriarcal”, argumentó Ángeles Revuelta de la Asociación de Mujeres de Cádiz. Abogó por “aunar esfuerzos y compromiso” para que desaparezca y “potenciar políticas para educar en igualdad, mejorar la coordinación entre administraciones para crear una red de servicios para atender a las víctimas y asumir el compromiso personal de denunciar cualquier tipo de violencia”. Era la primera vez que intervenía. El área de la Mujer de la Asociación de Sordos de Cádiz (Asorca) puso el punto en la doble discriminación de las mujeres con discapacidad y, especialmente, las sordas que carecen de la información y de los mecanismos para denunciar la violencia. La Asociación Amar, a través de María José Requejo, lamentó el aumento de las muertas y apuntó a Andalucía como la comunidad más afectadas. Consideró que la “solución no es construir más casas de acogida, sino llamar a las cosas por su nombre, al maltratador por su nombre y apellidos” e hizo un llamamiento a los “hombres buenos” para que las “víctimas estén apoyadas y se atrevan a denunciar”. El movimiento vecinal también estuvo presente en el acto a través de la Federación Cadice. Lucía Núñez consideró que la violencia de género no es un problema de mujeres, sino “global”, por lo que pidió la implicación de todos, y reclamó a las administraciones “no más medidas que no puedan desarrollarse por falta de recursos”. Paloma Ramírez, del área de Mujer de Izquierda Unida, incidió en los tres años de la ley, llamando a la reflexión de “si las medidas son suficientes”. Pero advirtió que “si no hay coordinación desde las administraciones, no será nunca una realidad”. Desde la asociación educativa Alendoy definieron el 25 de noviembre como un “día reivindicativo”, por lo que llamó a la sociedad a “trabajar en unidad para reclamar la dignidad y darle voz a aquellas mujeres que se les niega”. Incidió en la importancia de “educar desde niños para que ellos, como adultos, sí tengan algo que celebrar cada 25 de noviembre”. Desde Espiral y Foro de hombres por la Igualdad se destacó la necesidad de “contar con los hombres para conseguir la igualdad real”.