El domingo no defraudó como día claramente primaveral, aunque las consecuencias no sean precisamente las mejores para el medio ambiente en general. Fue en ese marco atípico en pleno invierno donde tuvo lugar un año más, 41 ya con el paréntesis de la pandemia, la Fiesta de la Bicicleta organizada por el Club Ciclista La Salle. Desde el colegio del mismo nombre partió una impresionante comitiva constituida finalmente por casi 1.500 dorsales y sendos ciclistas de toda edad y condición, aunque luego serían muchos más los que quisieron sumarse a la fiesta, según confirmaba el presidente del club convocante, Pepe Fernández. Sería el alcalde de la ciudad, Miguel Rodríguez, quien, acompañado de varios de sus delegados, daría simbólico permiso para comenzar el paseo ciclista.
Después del recorrido urbano, que este año presentó la novedad de un itinerario distinto a su paso por el Barrio Bajo y con fuertes medidas de seguridad a través fundamentalmente de la Policía Local y Protección Civil, la hilera ciclista acabó en convivencia. La concentración se trasladó este año a la explanada situada junto al colegio El Santiscal, donde se instaló una gran carpa, una barra y donde se celebraron los clásicos sorteos de bicicletas donadas por empresas y entidades locales y los habituales reconocimientos a los participantes.
Entre el público, al lado de la organización, se pudo ver al conocido hermano religioso Lorenzo, lasaliano impulsor de la fiesta en el año 1980. A sus casi 74 años de edad regresó a una cita que procura no perderse y que viene a servir de recordatorio a los arcenses el papel que los entrañables hermanos de La Salle prestaron a la labor educativa en Arcos. Fue el hermano Lorenzo quien recordaría ante ‘Viva Arcos’ cómo la fiesta comenzó humildemente, con apenas 300 ciclistas, teniendo entonces como destino las inmediaciones del pantano de Bornos. Desde aquel 1980, sin duda, la fiesta ha evolucionado para convertirse en el multitudinario acontecimiento que hoy día es.
También se pudo disfrutar de la presencia en el recinto de anteriores presidentes y miembros históricos del club sin cuyo trabajo difícilmente la Fiesta de la Bicicleta gozaría de su éxito actual, caso de quien fuera su primer presidente, Félix Cañas, junto a Antonio Márquez, Manuel Montero y Modesto Solís.
Como ya se anunció los días previos a la fiesta, los beneficios obtenidos de la barra son para Difuarcos que trabaja con menores con diversidad funcional, con lo cual la asociación que preside Isabel Hierro, podrá seguir trabajando o, lo que es lo mismo, prestando terapias a las personas que atiende en su nueva sede, en la barriada Pueblos Blancos. El resto de detalles de la jornada pasó por la inusitada presencia de cientos de familias apostadas alrededor de sus coches en la gran explanada disfrutando de la comida y de la reunión, convirtiendo el lugar en un auténtico mar de vehículos y bicicletas, así como la elaboración de una gran paella para agasajar a los presentes.
En suma, la fiesta cumplió con sus objetivos de promocionar los hábitos saludables de vida a través del ejercicio deportivo y de fomentar el transporte sostenible gracias a la bicicleta, aunque en este sentido hay mucho por hacer.