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“Me sentí siempre muy satisfecho con mi actividad”

El hermano de La Salle Silvano De Frutos Melero es uno de los galardonados por el Ayuntamiento de Arcos por el 28F

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  • El entrañable hermano Silvano. -

El próximo 28 de febrero, Día de Andalucía, se celebra la entrega de  galardones a personas y colectivos en la gala institucional que viene celebrando el Ayuntamiento para reconocer el trabajo de la sociedad arcense en diversos campos. Este año, como noticia que nos llena de alegría, el galardón a la ‘Trayectoria educativa’ recae en el hermano del colegio La Salle Silvano De Frutos Melero, una auténtica institución y un profesor inolvidable para varias generaciones de jóvenes que se formaron en los ciclos del centro, especialmente en Carrocería donde el hermano es sin duda una autoridad. Silvano nació en  Sacramenia (Segovia) el 21 de septiembre de 1942. Tiene por tanto 81 años de edad. Desde que la comunidad religiosa se trasladó hace unos años desde Arcos, el hermano Silvano vive en la Casa que La Salle tiene en Jerez. Con un espíritu incansable, dedica gran parte de su tiempo a la su comunidad religiosa y al trabajo duro en el huerto urbano que con paciencia y cariño cultiva en la vecina ciudad.

Hermano,  antes de nada enhorabuena por el homenaje. ¿Cómo se hizo religioso?

– Yo quería ser cura. A través de unas amistades de mi padre me fui a Griñón, donde estaba el centro de formación de los hermanos de La Salle, gracias también a un hermano ‘reclutador’. Estuve en varios pueblos pero acabé en Griñón un mes de agosto. A los pocos meses me enviaron a Granada, que fue mi primer destino en Andalucía. Allí permanecí casi 16 años.

Y luego a Arcos...

– Sí, aunque estuve también seis meses en Antequera. Cuando dejé Arcos por jubilación me enviaron a Dos Hermanas donde estuve dos años. También permanecí con un grupo de voluntarios dos años de misión en África. Pasé un tiempo en un hogar de menores en Loja (Granada) y acabé en el Hogar de Jerez, que es un centro de acogida y formación de inmigrante, donde llevo casi once años. Ese ha sido a grandes rasgos mi periplo.

¿Qué recuerda de su llegada a Arcos?

– Fue cumplir una obediencia tras una etapa que llamamos “de recurso”. Empecé un 4 de septiembre. El hermano Ulpiano trasladaba hasta Córdoba al hermano Javier Botrán que entonces dejaba Arcos. Desde allí fue a recogerme a mí. Aquel año empecé como profesor en Arcos, pero con muy pocas horas porque vine para prestar servicio fundamentalmente en el Hogar de La Salle. Así estuve varios años. Cuando se implantaron la FP y luego los ciclos formativos me dediqué por completo al taller.  

Ha vivido por tanto los vaivenes en el sistema educativo...

– Sí, primero fue la Formación Profesional, el Segundo Grado y por último los ciclos que se implantaron en La Salle en los años noventa. Cogimos la especialidad de Carrocería porque llevábamos muchos años con mecánica en general. 

Y ha formado a varias generaciones de alumnos. Supongo que habrá sido un orgullo.

– Al principio tenía grupos de hasta 35 alumnos, incluso 40. En los últimos años poco más de 20. Pero sí, ha sido un orgullo haber enseñado a tantos jóvenes. Muchos de ellos trabajan hoy en empresas locales como mecánicos y expertos en carrocería.

Ya en Jerez, tengo entendido, ha dedicado gran tiempo a un proyecto de huertos urbanos...

– Dos años después de llegar al Hogar de Jerez,  le dijimos al propietario de unos terrenos baldíos que nos los dejara para hacer huertos urbanos. Pusimos en marcha alrededor de 27 parcelas de 60 metros cada una y sembramos lo que da el tiempo. Yo, particularmente, estaba pendiente al motor que se paraba, a la máquina  que fallaba... A todo un poco. Así estaba uno ocupado... El que fuera también hermano de La Salle José Antonio Gómez Machuca, fue fundador conmigo de estos huertos urbanos, pero cuando se operó de la rodilla, lo cual le impidió seguir trabajando. Ahora vuelve de vez en cuando para echar un cable. Estos huertos son trabajados por voluntarios colaboradores que aportan ayuda económica simbólica para el funcionamiento del Hogar.

¿Cuál es su recuerdo más vivo de Arcos?

– Lo mucho que disfruté los primeros años con los chicos en el Hogar. Me sentí siempre muy satisfecho con mi actividad. 

¿Y ahora cómo se toma este homenaje del Ayuntamiento a su trabajo en el mundo educativo?

– Aunque me  considero una persona reservada y tímida, ha sido una alegría y un honor. Me cuesta expresarme en público; sinceramente no me va, pero lo acepto con alegría por La Salle a la que he dado mi vida.

Gracias hermano, enhorabuena por el galardón que seguro se merece por su entrega a la educación.

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