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Un pregón desde la honestidad, la humildad y los ojos de un niño

El próximo domingo, a las 12.00 horas en el teatro Olivares Veas, el arcense Pepe Olivera tiene la misión de proclamar la Semana más grande

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  • Pepe Olivera pronunciará el pregón oficial de la Semana Santa de Arcos

Si pregonar es proclamar y anunciar, todo está proclamado y pregonado, se podría pensar. Pero no, cada pregón está marcado inexorablemente por la personalidad que le imprime su actor. Seguro que el pregón oficial de Semana Santa de este año, que pronunciará Dios mediante el arcense Pepe Olivera el próximo domingo en el teatro Olivares Veas a las 12.00 horas, será una exposición de la personalidad que le caracteriza como hombre  reflexivo y observador, amén de enamorado de su ciudad y de sus tradiciones. Su bagaje es, en este sentido, tan amplio como variado, de lo que se deduce que Pepe es una persona polifacética y, sin duda, aplicada en sus tareas, también como trabajador de nuestro Ayuntamiento y reciente empresario hostelero.

Este hijo de la calle Alta y del barrio de Las Aguas se siente lleno de “dicha” por el llamamiento que en mayo pasado le hizo el Consejo Local de Hermandades y Cofradías, para admitir que éste le hacía incluso más ilusión que pronunciar un pregón de Carnaval, donde sin duda ha sido y es una autoridad. Pensada la cosa,  para él la Semana Santa es un hecho sentido “desde quera pequeñito”, pero nunca ha estado, dice, en primer plano, salvo para vestir las túnicas de las Tres Caídas y San Antonio, amén de haber cargado las imágenes de Nuestra Señora de la Soledad y Tres Caídas, entre otras incursiones en el mundo cofrade. Su máxima es la que gente entienda el día del pregón cómo él vive y siente la fe. Reconoce que su nombramiento como pregonero haya podido “sorprender” a pesar de sus “muchas semanas santas”.  Su hermano Domingo puede tener cierta, o mucha culpa, de su amor hacia la Semana grande y a la Iglesia, tal vez por su faceta como monaguillo. Pepe Olivera, que se declara “semanasantero”, promete un pregón autobiográfico, de vivencias personales, pero sobre todo “un pregón de verdades” porque nunca ha dejado de ver y sentir la Semana Santa “como cuando era un niño”, con esos ojos inocentes que veían en la Semana Santa “más un juego que un ejercicio de fe”.

Tras  un periodo viviendo en Cádiz, regresó a Arcos y lo hizo para cargar la imagen de Nuestro Padre Jesús de las Tres Caídas. Fue tal vez en ese momento cuando decidió quedarse para siempre en este mundo, aunque nunca lo haría en una junta de gobierno... Pero  como persona que es, y dentro de esa honestidad, admite que ha pasado por malos momentos en su fe, por desganas y desilusiones que con el tiempo rebrotaron. Cabe destacar también cómo nuestro pregonero ayudó en gran medida a la recuperación de los legendarios ‘armaos’ de San Antonio hace más de tres décadas, vistiendo la armadura con idéntico orgullo de si lo hiciera con una túnica...

Este hombre, que esperaba de alguna manera, “una señal”, tenía muy claro ya en verano pasado cómo empezaría el pregón, su estructura, su mensaje... “pero sin plasmarlo en un papel”.  Ocurrió algo determinante en Reyes: su amigo niño Martín le regaló una pluma que fue esa señal que andaba esperando. Resultó así que el 9 de enero pasado comenzó a escribir con esa pluma.

Por la cuenta que le trae, el pregón ya debe estar terminado y requeterminado, y ya promete un arranque emotivo, de evocación de la niñez y de su juventud, de personas que ya no están en este mundo y otras cosas que seguro embargan al respetable.

La cuenta atrás para el pregón oficial de Semana Santa ha comenzado con ese particular tic tac que marca el tiempo del incienso y el azahar, que decían los pregoneros. Y solo nos queda la ilusión compartida por una proclamación  que seguro llena de gozo a los arcenses en su particular fascinación por su Semana Mayor. Suerte Pepe.

 

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