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Arcos se sube al carro de las Jornadas de Arqueología

La ciudad convierte de nuevo el yacimiento de Sierra Aznar en el centro de atención con una visita organizada por la Delegación de Cultura

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  • Visita al yacimiento de Sierra Aznar. -

Dentro de las actividades organizadas por el Ayuntamiento en el marco de las Jornadas Europeas de Arqueología 2024, se ha llevado a cabo una visita al yacimiento arqueológico de Sierra Aznar dirigida por la historiadora y arqueóloga Pepa Lozano Sánchez.

Estos vestigios se ubican en el sureste del término municipal de Arcos, en el Cerro del Moro, a una distancia de 1,5 kilómetros al norte de la barriada de La Perdiz. Se caracteriza por la abundancia de manantiales subterráneos con cuya existencia están relacionados los restos arqueológicos que se pueden observar sobre el terreno. Estos restos forman parte de una ciudad romana cuya denominación latina se desconoce. Desde la época del historiador Miguel Mancheño se la viene relacionando con ‘Calduba’, pero hasta ahora no existe ninguna evidencia física (epigráfica 0 numismática) que lo atestigüe. El núcleo de población se centraba en la ladera oeste del citado cerro.

Apenas quedan restos de la ciudad, puesto que durante siglos ha servido de cantera o han sido reutilizados sus materiales con distintos fines. De los que quedan, sobresalen los restos del gran complejo hidráulico que contiene el yacimiento y que no tiene parangón en Andalucía. Sí se puede observar algunos tramos de lienzo de murallas y restos de aljibes y cisternas que estuvieron en su momento abovedados. A su vez, hay restos de una puerta de entrada a la ciudad al norte y quedan vestigios fuera del perímetro de la muralla en su lado norte, donde se han localizado mausoleos.

El asentamiento de Sierra Aznar siempre ha destacado por su vinculación con el agua, ya que posee un ‘Castellum aquae’ de grandes proporciones y que sobrepasaba con creces las posibles necesidades de agua de la ciudad que allí se asentó. El ‘Castellum aquae’ se compone de una gran cisterna de captación (caput aquae) de forma cuadrada con capacidad superior a los dos millones de litros, llamada popularmente ‘Baño de la reina’, y que recogía agua de antiguos manantiales. A continuación están las piletas de decantación (piscinae limariae), compuestas por unas diez piletas que en su origen estaban abovedadas. y cuya función era la de frenado, depuración y decantación del agua del Caput aquae. Por último, está la cisterna de almacenaje y distribución, recubierta como las anteriores de ‘opus signinum’ (mortero de cal, arena y trozos de cerámica que servía de impermeabilización). Tiene forma trapezoidal y conserva los canales y la salida hacia un posible acueducto.

En lo referente a la cronología, el Cerro del Moro presenta una primera ocupación prerromana (de la edad del Bronce Final) que se manifiesta en la cima del cerro por un bastión de forma troncocónica ahuecado en su interior, conocido popularmente como ‘El Cucurucho’, para pasar a una ocupación romana que abarcaría desde los siglos II y 1 a. C hasta los siglos IV y V d.C., y finalmente una posterior ocupación en los siglos XII-XIII (época almohade).

Actualmente en el yacimiento se vienen produciendo investigaciones por varios grupos de arqueólogos, lo que denota el interés que aún suscita este lugar, destacan fuentes de la Delegación municipal de Cultura.

 

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