“Es verdad que este equipo de Gobierno tiene menos fuerza que una casera, aquí y fuera. Pero este equipo de Gobierno es el que ha hecho que a usted lo echen del PP, alguna fuerza tendrá. Donde las dan, las toman; donde las dan, las toman”.
A veces la realidad supera a la ficción y estas declaraciones no están sacadas del guión de una serie de intrigas políticas. Estas declaraciones se produjeron el pasado jueves 3 de abril en el pleno ordinario del Ayuntamiento de Almonte. Salieron de la boca de su alcalde, Francisco Bella (Ilusiona), dirigidas hasta el no hace tanto portavoz del grupo municipal del PP y presidente de los populares almonteños, Miguel Ángel Jiménez, ahora concejal no adscrito.
Unas declaraciones que adquieren aún más relevancia porque vendrían a demostrar lo que Jiménez ha denunciado en los últimos meses que se escondería tras su expulsión y a la de su compañero: un pacto entre la dirección provincial del PP y el alcalde de Almonte para, a cambio de hacerle una oposición blanda durante su mandato, lograr el apoyo de Bella para hacerse con el control de dos mancomunidades en la provincia, la MAS, con la deseada empresa del agua (Giahsa), y la Mancomunidad de Desarrollo del Condado.
“Siempre he dicho que había un pacto con el PP, lo sabía pero ahora él mismo lo ha confirmado con sus palabras, no eran elucubraciones mías”, asegura Jiménez en declaraciones a Viva Huelva.
Aunque el expopular señala al partido, recalca que no habla del PP onubense en general, sino de su presidente (Manuel Andrés González) y su secretaria (Berta Centeno) en particular: “Lo que ha pasado y está pasando en Almonte es gracias a Manuel Andrés y a Berta. No culpo a todo el partido, los señalo a ellos. Es una jugada de poder, han decidido sacrificar a Almonte”.
De hecho, Jiménez está convencido de que si se hubiese plegado a las intenciones de los dirigentes populares y hubiese optado por hacer una oposición “blanda”, seguiría en su cargo: “No es algo personal hacia mí, el problema es que hemos hecho oposición de verdad”.
En resumen, el PP se habría quedado sin representación en el Ayuntamiento de Almonte por primera vez en la historia democrática por “sacrificar” a unos ediles que habrían hecho lo que les encomendaron sus votantes: sus funciones de oposición.
El partido expulsó directamente a Jiménez y a su compañero Abel Herrera y el último edil que quedaba del PP, Jonathan Domínguez decidió renunciar y pasarse al grupo de ediles no adscritos junto a sus compañeros. Todo esto en un contexto en el que un año antes ya habían renunciado a sus actas de concejales dos ediles del PP.
Jiménez tiene claro que no había motivos para su expulsión pero ha decidido no recurrir porque “no hay seguridad jurídica en el partido a nivel provincial”.
Así, afirma que “el PP de Huelva es un partido muy monolítico y de adoctrinamiento, nadie se atreve a replicar a Manuel Andrés, ahora tiene mucho poder”.
Y a González le pide que explique las últimas declaraciones del alcalde de Almonte. “Nos han sacrificado para tener más poder. Han sacrificado a Almonte por estrategia política, pese a que se han quedado sin representación en el Ayuntamiento”, apunta.
Sin embargo, el almonteño cree que esta jugada no les saldrá gratis: “Creo que al PP, la jugada de Almonte le va a pesar mucho dentro de dos años -las próximas elecciones municipales-, porque han sacrificado a su agrupación en la plaza más importante de la comarca, que les ha dado la Diputación, como es el Condado”.
Jiménez piensa seguir haciendo su labor de oposición desde el grupo de no adscritos y adelanta que se presentará a las próximas elecciones con un nuevo proyecto, con el que espera lograr el respaldo de su pueblo, porque “en Almonte la gente se ha dado cuenta de todo, incluso dentro del partido”.
Su objetivo es acabar con una “tensión política de niveles alarmantes”, instaurada por un alcalde, Bella, que “está en sus horas más bajas”. Así, afirma que “hay una crisis en Ilusiona, es un equipo de Gobierno que no termina de arrancar, el chiringuito se está viviendo abajo”.
