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El mayor nido de flamenco rosa

Cuatro de la mañana. Cerca de 400 personas se citan para desayunar junto al centro de visitantes de la Reserva Natural Laguna de Fuente de Piedra y aprovechan para ultimar los detalles del dispositivo de captura y marcaje de 600 pollos de flamenco. El anillamiento, como se conoce a este encuentro de

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  • Voluntarios . -

Cuatro de la mañana. Cerca de 400 personas se citan para desayunar junto al centro de visitantes de la Reserva Natural Laguna de Fuente de Piedra y aprovechan para ultimar los detalles del dispositivo de captura y marcaje de 600 pollos de flamenco. El anillamiento, como se conoce a este encuentro de científicos, voluntarios y vecinos, volvió a hacer ayer de la localidad malagueña una gigantesca escuela de "divulgación y la sensibilización medioambiental", como describió Ramón Soriguer, quizá el más prestigioso científico asistente al evento y que trabaja en Doñana, uno de los 120 perteneciente al relevante CSIC.
A las cinco y cuarto de la madrugada los grupos ya estaban divididos como explica el director conservador, Manuel Rendón. Unas pegatinas indican uno de los cuatro puntos cardinales a ubicarse para la captura de 1.800 de las 20.278 crías constatadas mediante fotografía aérea que han nacido en los últimos días.
  Sobre las siete y media de la madrugada -tras caminar ayudados con cañas por las caudalosas aguas de esta curiosa playa interior con hasta casi un metro de agua en según qué zonas- llega el momento clave. El anillamiento. En este momento el reagrupamiento se realizaba por los colores de la camiseta de los voluntarios y especialistas. Cada uno ocupa una de las seis improvisadas líneas de estudio de los 600 pollos capturados finalmente. Participantes como el agente del Seprona de Burgos, Francisco José López, se ocupan de recoger los pollos del corral y llevarlos a una mesa. "Me encanta dedicar mis vacaciones a esto", declaró.
Después, voluntarias como Laura Gracia y Estefanía López, llegadas de Barcelona y Linares, dentro de una actividad paralela a su grupo de voluntariado en defensa del lince se ocupan de tomar nota de las diferentes mediciones. El pico, el ala, el tarso, el peso arrojan cifras que se vinculan junto con datos de un análisis de sangre al código que aparecen las anillas de pvc que se instalan en la tibia izquierda y la metálica de la tibia derecha. "Es como un DNI, la de plático es para avistarlos con facilidad desde una distancia de hasta dos kilómetros", explica Soriguer. La metálica es permanente y busca tener catalogadas a las aves hasta el final de sus días. Voluntarios más formados como el biólogo Guilermo Friis se ocupan de la extracción de sangre y el círculo de la base de datos se cierra. El Programa de Anillamiento es muy sonado aquí por el volumen de crías pero se lleva a cabo en toda Andalucía, coordinado por especialistas de la Reserva de Fuente de Piedra, puntualiza Araceli Garrido, bióloga. Desde hace unos años a los voluntarios más veteranos como Manuel Díaz, de la asociación ornitológica Malaka, se les ha econmendado una labor en una mesa aparte. Se trata de extraer plumas para estudiar la pigmentación y relacioanarlo con la nutrición.  "Llevo 26 años y sólo me he perdido uno", afirma.  
El número de parejas de flamenco que acoge la laguna este año es histórico gracias, en gran medida, a las óptimas condiciones hídricas en las que se encuentra este espacio natural y el resto de los humedales andaluces", ha comentado el delegado territorial de la Consejería de Medio Ambiente en Málaga, Javier Carnero, que ha trabajado como un voluntario más. Aunque predominan los flamencos, el delegado ha explicado que "se ha constatado la reproducción de 23 especies acuáticas, ocho más que el promedio de los últimos doce años" entre las cuales se ha constatado el nacimiento de dos pollos de flamenco enano, predominante en África y Asia. En total, 24.000 parejas han puesto sus ojos en la laguna que vuelve a albergar la mayor concentración en una colonia de reproducción después de que la sequía del año pasado privara a los estudiosos de la posibilidad de anillar.
Y así finalizó el que para los vecinos es casi un evento local. "Hubo un tiempo en que no entendíamos por qué se cerró la reserva", explica Antonio Mateo de 66 años. "Ahora sí". Once jóvenes del pueblo han preparado todo durante la última semana. Misión cumplida. Las aves volvieron con sus ‘padres’ y en unos días iniciarán partirán del gran nido rosa.

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